Desde comienzos de 2022, la curva de precio de Satellogic resume en una sola imagen el ciclo clásico de muchas SPAC: entusiasmo inicial, corrección prolongada, intento de revalorización y castigo por la necesidad de capital fresco. La evolución del precio de la acción muestra un pico cercano a los US$ 9 poco después del debut en Nasdaq, una caída que lleva el papel a niveles por debajo de US$ 1 en 2023 y un repunte hasta la zona de US$ 4-5 en la primera mitad de 2025, seguido por un desplome en octubre de este año.
Del debut ruidoso al ajuste de expectativas
El primer gran salto corresponde al desembarco de la empresa en el mercado público estadounidense. Tras completar la fusión con la SPAC CF Acquisition Corp. V, la compañía comenzó a cotizar en Nasdaq a fines de enero de 2022 bajo el ticker SATL. El contexto era favorable: el anuncio previo de una inversión de hasta US$ 150 millones por parte de Liberty Strategic Capital, el fondo encabezado por el exsecretario del Tesoro de Estados Unidos Steven Mnuchin, había reforzado la narrativa de expansión acelerada.
En paralelo, la empresa comunicó una alianza tecnológica de cinco años con Palantir Technologies para utilizar la plataforma Foundry en la integración y explotación de sus datos satelitales. Ese paquete de noticias explica el tramo ascendente del papel bursátil en los primeros meses de 2022, cuando el precio se mueve rápidamente hacia la parte alta del rango, cerca de los US$ 9.
A partir del segundo trimestre se observa un cambio de tendencia. El precio comienza a retroceder en línea con la corrección general de las compañías listadas vía SPAC y con un entorno de tasas más altas, que penaliza los modelos intensivos en capital. Aunque en septiembre de 2022 Satellogic anunció un contrato a tres años con el gobierno de Albania para una constelación dedicada —un acuerdo emblemático de su oferta de constellation-as-a-service—, el impulso positivo apenas genera una meseta temporaria en la curva.
Contratos, alianzas y un precio que no despega
Hacia fines de 2022, la compañía publicó un business update en el que destacó un crecimiento anual de ingresos esperado entre US$ 6 y 8 millones, un incremento de 35% anual compuesto en el negocio de monitoreo de activos y un plan 2023 “totalmente financiado”, con la meta de alcanzar el equilibrio de EBITDA ajustado en 2024. Sin embargo, el precio del título público muestra que el mercado siguió descontando riesgo: la acción continuó su trayectoria descendente durante buena parte de 2023.
En abril de 2023, la empresa reportó que los ingresos de 2022 crecieron 42% hasta US$ 6 millones, con una reducción significativa de la pérdida neta respecto de 2021. Más adelante, en agosto de 2023, anunció un acuerdo a tres años con Quant Data & Analytics, proveedor saudí de soluciones de datos e inteligencia artificial, para abastecer de imágenes de alta resolución al sector inmobiliario y minorista de Arabia Saudita y el Golfo.
En diciembre del mismo año, sumó otro contrato relevante: una alianza de tres años y varios millones de dólares con la malaya Uzma, orientada a expandir las capacidades geoespaciales en el sudeste asiático y lanzar el satélite UzmaSAT-1 a bordo de un Falcon 9 en 2024. A pesar de este encadenamiento de noticias comerciales, el gráfico de precio apenas muestra pequeños rebotes sobre una tendencia general a la baja, que termina llevando la acción por debajo de US$ 1 hacia fines de 2023.
En septiembre de 2023, Satellogic informó un crecimiento interanual de 33% en ingresos en el primer semestre, la incorporación de 12 nuevos satélites y su 15.º lanzamiento consecutivo exitoso. El mercado, sin embargo, continuó privilegiando la preocupación por el flujo de caja y la necesidad de financiamiento sobre la expansión operativa. Esa tensión se refleja en la zona más plana y deprimida del precio de su acción, que se extiende durante gran parte de 2024.
La apuesta financiera y regulatoria de 2024-2025
El primer movimiento significativo al alza luego de ese “valle” ocurre a fines de 2024. Para entonces, la compañía había comunicado que los ingresos de 2023 habían crecido 68% hasta US$ 10,1 millones, impulsados por la consolidación de su modelo de servicios y por los acuerdos en Europa, Medio Oriente y Asia. De acuerdo con un informe presentado a la SEC en diciembre de 2024, el primer semestre de ese año mostró un salto de 114% en la facturación respecto del mismo período anterior, aunque la empresa seguía consumiendo efectivo para financiar su expansión.
En ese contexto, Satellogic cerró una colocación privada de US$ 10 millones con un único inversor institucional, emitiendo 3,57 millones de acciones Clase A a US$ 2,80 por título, y registró además un programa de emisión en shelf. Ese anuncio coincide con el quiebre de la tendencia lateral: el precio sale de la franja cercana a US$ 1 y se instala por encima de los US$ 2 hacia fin de año.
El rebote se consolida en el primer trimestre de 2025. En marzo, la empresa informó que los ingresos de 2024 ascendieron a US$ 12,9 millones, 28% por encima de 2023, y reiteró su estrategia de concentrarse en contratos de mayor valor y en una nueva generación de satélites de muy alta resolución. Pocos días después, completó el proceso de cambio de jurisdicción y pasó a estar radicada en Estados Unidos, con el argumento de mejorar la visibilidad ante inversores y posicionarse mejor para contratos gubernamentales de alto valor.
En abril de 2025, la compañía realizó una nueva colocación directa por US$ 20 millones, emitiendo 6,45 millones de acciones a un precio de US$ 3,10. La operación extendió el horizonte de financiamiento, pero también implicó dilución. En el gráfico, esta etapa aparece como el tramo de mayor pendiente positiva desde el debut: la cotización se mueve hacia la zona de US$ 4-5, donde se mantiene con elevada volatilidad hasta mediados de año.
Las dudas sobre la caja y el octubre negro
El optimismo volvió a moderarse cuando, a fines de mayo de 2025, un análisis de Space Intel Report advirtió que, aun después de reducir inversiones y gastos operativos, la compañía necesitaría “levantar más efectivo” para cumplir su plan de negocios. Esa lectura reforzó la idea de que el rebote en el precio dependía tanto de las expectativas de nuevos contratos como de la capacidad de seguir accediendo al mercado de capitales.
El episodio más abrupto del gráfico se concentra en octubre de 2025. En la primera parte del mes, el papel se movía todavía cerca de los máximos del año, pero el mercado tomó nota de dos hechos: la venta de más de 400.000 acciones por parte del fundador y CEO, Emiliano Kargieman, durante los primeros días de octubre, y el anuncio de nuevas emisiones de acciones con descuento, que ampliaron el capital en circulación.
Este medio informó entonces sobre el desplome del valor bursátil tras esas colocaciones, que se sumaron a la percepción de sobrevaluación ya señalada por algunos modelos de análisis fundamental. El resultado fue una caída de más del 50% desde los máximos recientes, visible como un “escalón” casi vertical que lleva la cotización de la zona de US$ 4-5 a niveles cercanos a US$ 2 hacia fines de octubre.
La paradoja es que esa corrección coincidió con avances técnicos relevantes. En octubre, Satellogic lanzó un satélite de nueva generación de muy alta resolución, con un primer cliente comprometido, y comunicó avances en su programa de satélites “AI-first”, orientados a procesar datos en órbita. La reacción del mercado sugiere que, en esta etapa, la variable dominante no fue la hoja de ruta tecnológica sino la estructura de capital.
Lo que descuentan hoy los inversores
En el tramo final del gráfico, la acción se estabiliza en torno de los US$ 2, muy por debajo de los máximos del debut y también lejos de los picos de 2025. En paralelo, la compañía ajusta su equipo ejecutivo —con el nombramiento de un nuevo vicepresidente senior de Ventas Globales para reforzar la captación de clientes gubernamentales y corporativos— y busca consolidar su presencia en mercados emergentes clave, como Medio Oriente y el sudeste asiático, donde ya cuenta con acuerdos marco.
La lectura integrada de la evolución de la precio de la acción y de los hitos corporativos deja una conclusión clara: cada salto en la cotización estuvo asociado a anuncios de expansión comercial, cambios estratégicos o nuevas rondas de capital, pero la tendencia de fondo depende de la capacidad de transformar contratos en flujo de caja recurrente y de financiar la transición hacia su próxima generación de satélites sin erosionar en exceso a los accionistas existentes. Es el equilibrio que, a la luz de estos tres años de historia bursátil, el mercado sigue poniendo a prueba.












