viernes, 27 de diciembre de 2024

Perfil del jefe del Estado Islámico

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El jefe del temible ISIS – cuyo nom de guerre es Abu Bakr al-Baghdadi — fue un jovencito retraído, taciturno, tímido e intenso. Tan bueno en el fútbol que lo llamaban “el Messi” y también el “Maradona”.

 La vida de Ibrahim Awwad Ibrahim al-Badri fue estudiada en profundidad por la Brookings Institution, una institución norteamericana interesada en averiguar cómo y de dónde había salido un personaje capaz de mostrar al mundo por televisión cómo se degüella a un enemigo.

 

De jovencito lo llamaban “el creyente” por la intensidad con que se sumergía en sus estudios religiosos en la mezquita local y la rigidez con que reconvenía a cualquiera que se apartare de las escrituras de la ley islámica.

 

Hoy Ibrahim al-Badri es conocido en el mundo como Abu Bakr al-Baghdadi, el jefe del Estado Islámico o ISIS y tiene poder para ejecutar a cualquiera que dentro de sus territorios que no muestra que su fe es absoluta. Su nombre se volvió internacional en 2014 cuando ordenó decapitar y quemar vivos a sus enemigos y difundir las imágenes por You Tube.

 

Su radicalización se remonta a 2003, cuando la invasión norteamericana a Irak.

 

Familia. Proviene de una familia de clase media baja, de profunda religiosas y ancestros sunníes. En su adolescencia, fue maestro de instrucción religiosa y oratoria. Recitaba las escrituras del Corán con elocuencia.

 

Universidad. Luego de graduarse en 1996 en la Universidad de Bagdad se inscribió en la universidad creada por Saddam, Universidad para Estudios islámicos donde hizo un master en Recitación Coránica, su materia preferida..

 

Hermandad Musulmana. Por esos días se unió a la Hermandad Musulmana, un movimiento transnacional dedicado a establecer estados gobernador por la Ley islámica. En la mayoría de los países la Hermandad, donde había miembros liberales y conservadores, había adoptado un método cauteloso frente al cambio político. Muy pronto Baghdadi fue gravitando hacia los más radicales que pedían el derrocamiento de gobernantes a quienes consideraban traidores a la fe. Se denominaban a sí mismos jihadistas. Cada vez más impaciente con los hermanos moderados, Baghdadi decía que la Hermandad estaba constituida por “personas de palabras, no de acción”.

 

 

Fútbol. Se casó dos veces, la segunda probablemente después de la invasión norteamericana en 2003. Como la mayoría de los musulmanes conservadores, las mantuvo siempre alejadas de la vista pública y tampoco él tenía una gran vida social. Prefería pasar el tiempo con su familia en su pequeño departamento cerca de la mezquita Haji Zaydan en un barrio pobre de Bagdad. En esa mezquita enseñaba Recitado Coránico a los niños y cantaba el llamado a la oración desde los altavoces con su sonora voz. En la mezquita también jugaba al fútbol , un deporte en el que se destacaba tanto que lo llamaban “nuestro Messi”. Sus compañeros recuerdan que le enojaba mucho errar un gol.

 

La Academia. A finales de 2003, cuando los norteamericanos derrocaron y desbandaron al ejército de Saddam Hussein, Baghdadi ayudó a fundar el ejército del Pueblo y la Solidaridad comunal, un grupo insurgentes que peleaba contra las tropas norteamericanas y sus aliados locales en el centro y norte de Irak. Poco después, fue arrestado en febrero 2004 cuando visitaba un amigo que estaba en las listas de personas buscadas por los norteamericanos. Fue transferido al centro de detención de Camp Bucca en calidad de “detenido civil”, lo cual significaba que sus captores no sabían que era un jihadista.

Durante los 10 meses que permaneció allí se dedicó a la instrucción religiosa. También brillaba jugando al fútbol y fue allí que lo apodaron “Maradona”.   En la prisión, llena de jihadistas, circulaban libremente manifiestos radicales bajo la mirada de los norteamericanos que obviamente, no entendían una palabra de lo que lo que contenían. Allí hubo mucha enseñanza, mucho adoctrinamiento y mucho fervor. “Bucca”, recuerda un compañero de prisión, “fue una fábrica. Nos fabricó a todos. Construyó nuestra ideología”. Los prisioneros llamaban al campo “La Academia”.

Cuando Baghdadi salió de allí, en diciembre de 2008, tenía una enorme red de protegidos y conspiradores: se habían escrito los números de teléfono en el elástico de sus calzoncillos.

 

Confidente. En 2006 al-Quaida formó en Irak una organización paraguas para los grupos jihadistas que resistían la ocupación norteamericana . Su grupo fue uno de los primeros en sumarse. Pronto, y contra ellas instrucciones de al Qaida de esperar hasta que se retiraran los norteamericanos, un radical – Zarkawi   –manifestó intenciones de fundar el Estado islámico . Cuando Zarqawi resultó muerto en un ataque aéreo norteamericano un jihadista egipcio, Abu Ayyub al-Masri, llevó adelante el plan. Fundó el Estado Islámico en octubre y disolvió al Qaida anunciando que sus soldados eran ahora parte del Estado islámico.

Por sus credenciales académicas Baghdadi fue puesto a cargo de los asuntos religiosos del Estados Islamicos en algunos de las “provincias” de Irak. Como el grupo todavía no controlaba ningún territorio eso significaba que Baghdadi fuera responsable de asegurar que la propaganda del Estado Islámico reflejara su credo y que sus soldados cumplieran con las escrituras. Acusaba adúlteras y las mandaba apedrear, azotaba a los bebedores, cortaba las manos de los ladrones y ejecutaba a los apóstatas, o sea a cualquiera que desafiara el programa del Estado Islámico.

 

Emir. Con la muerte de los comandantes del Estado Islámico, luego de tumultuosos movimientos en la sucesión, el consejo eligió un nuevo emir con una votación de 9ª 2. Así, a la edad de 39 años Abu Bakr al-Baghdadi adoptó su nom de guerre: Abu Nakr y comenzó a revitalizar la debilitada imagen del Estado Islámico.

 

Esto fue publicado en Mercado el 14 de septiembre de 2015,

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