<p>En un esfuerzo para reducir el peso sobre las aseguradoras de normas adicionales, se obliga a todos los ciudadanos a obtener una cobertura mínima, desde 2013/14, so pena de multas. Las empresas con más de cincuenta asalariados deben ofrecer cobertura médica. Si no pueden solventarla, recibirán subsidios.<br />
Originalmente, el texto senatorial preveía un gravamen de 40% sobre los planes de costo superior a US$ 23.000 anuales por familia tipo, también desde 2013/14. Este componente entusiasmaba a los expertos privados en la materia, pues la base imponible sólo aumentaría con la inflación, limitando el riesgo de un incremento veloz de precios. No obstante, la presión sindical consiguió diluir el sistema. Por ende, la legislación retiene varios aspectos tendientes a una mayor eficacia normativa, pero su efecto es muy difícil de determinar por ahora.<br />
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A criterio de los conservadores, la ley coloca el negocio en una trampa política y financiera. Las nuevas pautas y una serie de gravámenes (sobre aseguradoras, farmoquímicas y afines) eventualmente las forzarán a elevar precios y primas. Si bien el primer grupo recibirá desde 2013/14 una notable inyección de liquidez, cuando los jóvenes aún no cubiertos deban tomar un seguro (ello reducirá riesgos para las compañías), los costos excederán esas ventajas para la actividad. Hospitales y clínicas, tras aceptar ciertas medida pro eficiencia, no se perjudicarán mucho por la reforma y hasta podrían beneficiarse, al igual que los laboratorios.<br />
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Según esta visión del asunto, Estados Unidos parece aproximarse a un régimen de cobertura médica con fuerte regulación estatal, estilo los sistemas europeos de salud europeos y latinoamericanos. Aun sin excluir los seguros privados ¿hay un ganador? “Sí, Barack Obama”, afirma Palin.<br />
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Tras obtener la reforma más profunda en cuarenta años al modelo norteamericano, el gobierno sólo debe aguantar una ofensiva conservadora en los comicios de medio mandato (octubre), Para las elecciones presidenciales de 2012, muchos votantes de derecha habrán advertido que los cambios sistémicos de la ley son menos radicales que los temidos y los aspectos mas populistas quizá se sientan para entonces.</p>
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<p>En primera instancia, 32 de 46 millones de norteamericanos sin cobertura al presente no experimentarán cambios hasta el ejercicio fiscal 2013/14. Pero este cuerpo legal empieza antes a tener efectos en aseguradoras, otros grupos de interés y la escena sociopolítica.<br />
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En los últimos meses, el presidente se declaró como último mandatario que impulse una drástica reforma al doble sistema nacional de salud (medicare-medicaid). Pero un fallido intento bipartidario, vicisitudes políticas y la poca experiencia de quienes asesoran a Obama hicieron que los debates se arrastrasen más de un año.<br />
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Los aspectos problemáticos de la propuesta, bien explotados por los conservadores, llevaron a una amplia revisión a mitad de camino. Sea como fuere, surgió un principio diametralmente opuesto a la “tradición libertaria de los norteamericanos” (sostiene Sarah Palin, estandarte del movimiento conservador). En adelante, el estado deberá facilitar el acceso casi universal al seguro médico. La experiencia histórica muestra que, una vez establecidas, estas prácticas son notoriamente difíciles de alterar.<br />
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Dejando de lado complejidades, la ley modifica el actual régimen, basado en seguros privados, mayormente financiados por empleadores. En el nuevo plano regulatorio, las aseguradoras ya no podrán negar cobertura a determinados tipos de enfermos, se eliminan límites etarios a los reclamos y se permite a quienes tengan hasta 26 años permanecer en los planes de sus progenitores.<br />
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