La cifra, significativamente alta, supera el promedio general de organizaciones víctimas de delitos económicos, que ronda entre el 29% y el 36% de modo que el sector financiero está particularmente afectado por estas prácticas criminales.
“Los números nos demuestran que el sector siempre ha sido el predilecto de los ladrones de cuello blanco, pero las entidades no logran reducir el flujo de fondos sustraído en estos delitos. Es momento de reevaluar cómo se utiliza cada peso que se invierte en prevención, dado que las amenazas son cada vez más sofisticadas y complejas de mitigar”, explicó Andres Sacurno, senior manager de PwC Argentina.
Según el estudio, el costo del fraude es cada vez más alto: el 46% de las víctimas sufrió pérdidas de hasta US$ 100.000 (contra un 40% según el mismo estudio de 2014), y casi el 25% soporta desde hace 4 años pérdidas entre US$ 100.000 y 1 millón. Como agravante, las medidas que implementan los bancos no arrojaron resultados alentadores.
El robo de información privilegiada trepó un 6% y los ataques informáticos crecieron un 10%, a pesar que más de la mitad de las entidades aumentaron y estiman seguir aumentando el presupuesto que destinan a luchar contra los delitos económicos e informáticos.
Según el informe, en numerosas ocasiones los propios empleados -en su mayoría ocupando cargos gerenciales- resultan ser los autores o cómplices de los delitos sufridos por las entidades. “Claramente la tentación para delinquir es alta. Definir la línea que divide entre lo que está bien y lo que está mal no es suficiente, los líderes tienen que predicar con el ejemplo y actuar de manera íntegra a la hora de hacer negocios. Y, no menos importante, asegurarse que los mandos medios también acompañen esa visión y resulten premiados aquellos que defiendan esos valores”, señaló Sacurno.
La lucha contra el fraude, la corrupción y los ataques informáticos, no es un tema estrictamente de compliance o de alguna otra área en particular. Es una cuestión de toda la organización, de su cultura y de sus valores. Las entidades deben replantearse cómo defenderse, principalmente a partir del fortalecimiento de sus valores y apoyándose en las nuevas tecnologías disponibles.
Otros datos relevantes
• El 53% de los encuestados informó que el gasto en la lucha contra la delincuencia económica era cada vez mayor: 55% más y se espera que siga aumentando.
• El 37% de las entidades relevadas afirmó que fueron víctimas de delitos informáticos en los últimos 24 meses.
• Los servicios financieros enfrentan una escasez mundial de profesionales de compliance suficientemente calificados y experimentados, en particular en áreas tales como el lavado de dinero y financiación del terrorismo.
• Aunque el 58% de los fraudes fueron cometidos por actores externos a las entidades -superior a la media del 41%- el 29% fueron cometidos por personal de las entidades. De ese total, el 14% fue perpetrado por la alta dirigencia de las empresas.