El estudio fue publicado en diciembre 2012 en Nature Geoscience.
La reducción de las capas de hielo en la Antártida y Groenlandia afectarán los niveles del agua en los océanos del mundo. Por eso es preocupante que actualmente se tengan conocimientos insuficientes sobre la circulación oceánica cerca de los grandes glaciares en Antártida Occidental. Esto significa que los investigadores no pueden predecir con ningún grado de certidumbre cómo cambiarán los niveles de agua en el futuro.
“Hay una clara reducción en la masa de hielo en la zona occidental de la Antártida, especialmente alrededor de glaciares que llevan hacia el mar de Amundsen”, dice el investigador Lars Arneborg del departamento de ciencias terrestres de la Universidad de Gotemburgo.
Junto a sus colegas Anna Wåhlin, Göran Björk y Bengt Liljebladh, estudió la circulación oceánica en el Mar de Amundsen. Una de las razones de por qué la Antártida Occidental es especialmente sensible es que la mayor parte de su hielo descansa sobre áreas que están debajo del nivel del mar. El agua marina cálida penetra por debajo del hielo y provoca el derretimiento desde allí abajo.
“Por lo tanto, es probable que haya sido un cambio en la circulación oceánica en el mar de Amundsen lo que provocó el aumento del deshielo”, continúa Arneborg.
Hasta ahora, los investigadores realizaban estudios con modelos computarizados de alta resolución. “Pero había muy pocas mediciones oceanográficas en el Amundsen para confirmar o contradecir los resultados de esos modelos. Tampoco había datos de invierno. El hielo marino y los témpanos hacían imposible llegar allí en invierno y no es fácil tener instrumentos instalados todo el año”.
Sin embargo, desde 2010 en adelante los investigadores de Gotemburgo lograron posicionar instrumentos en ese mar, lo cual les permitió medir la corriente entrante de agua cálida hacia los glaciares. Las observaciones muestran que el agua cálida fluye hacia los glaciares de una manera más o menos constante todo el año, algo que contrasta con los resultados de los modelos anteriores que sugerían un fuerte ciclo estacional. “Esto muestra la importancia de las observaciones para investigar si los modelos que usamos describen algo que se parece a la realidad. Las corrientes cálidas oceánicas han causado mucho más deshielo de lo que cualquier modelo había anticipado, tanto en la Antártida Occidental como alrededor de Groenlandia.”
Los investigadores continuarán con sus observaciones oceanográficas para mejorar los modelos y lograr una mejor comprensión. “Sólo entonces podremos decir algo sobre cómo van a cambiar en el futuro las masas de hielo de Antártida y Groenlandia”.