Las estafas bancarias en América Latina están transitando un proceso de sofisticación, caracterizado por el empleo de inteligencia artificial y el acceso creciente a datos personales. Según BioCatch, hacia 2026 los fraudes serán más rápidos, personalizados y difíciles de identificar, afectando tanto a usuarios como a instituciones financieras.
La compañía especializada en seguridad digital señala que los ataques han evolucionado de esquemas masivos a estrategias individualizadas, aprovechando tecnologías avanzadas para engañar a las víctimas. Los ciberdelincuentes emplean IA para crear contenidos audiovisuales falsos, imitar identidades y facilitar transacciones fraudulentas.
De acuerdo con Payments and Commerce MarketIntelligence (PCMI), en 2024 las tarjetas de crédito mantienen el 42% de la cuota de mercado en métodos de pago por comercio electrónico en Latinoamérica, seguidas por tarjetas de débito y billeteras digitales con el 12% y 10%, respectivamente.
Entre las modalidades con mayor proyección de crecimiento se destacan el fraude BEC (Business Email Compromise), los deepfakes, las estafas en compras y las estafas de inversión. Los delincuentes utilizan la tecnología para duplicar sitios web legítimos, simular plataformas de inversión y explotar vulnerabilidades en los hábitos digitales de los usuarios.
Josué Martínez, Global advisor de BioCatch Latam, advierte que “en los próximos meses el fraude se sofisticará pasando del clásico mensaje de phishing a detalles más específicos de la víctima o los hábitos digitales”.
Para anticipar y mitigar estos riesgos, BioCatch recomienda a las entidades financieras implementar biometría conductual, desarrollar programas de educación financiera y participar en plataformas colaborativas de intercambio de inteligencia. A nivel individual, se destaca la importancia de no compartir datos personales ni bancarios, desconfiar de comunicaciones desconocidas, verificar la seguridad de los sitios web y utilizar contraseñas seguras junto con autenticación de dos factores, además de mantener los dispositivos actualizados.
“El fraude será más rápido, personalizado y mucho más creíble”, señaló Martínez.












