Los autos son muy caros, la patente también y el seguro también. Por eso muchos ya están usando Uber o Lyft cada vez que necesitan traslado y cada vez son más las personas que, al menos en los países centrales, se están inscribiendo en programas que convierten el alquiler de un auto en algo tan simple como comprar un teléfono. En un intento por impedir que la gente se pase definitivamente a sistemas como el de Uber y se libere del auto propio, marcas como Volvo, Cadillac y Porsche están modificando su modelo de venta tradicional y desarrollan servicios de suscripción mensual que entregan vehículos “on demand”.
Cuando dentro de pocos meses llegue a las concesionarias el nuevo Volvo XC40 SUV, quienes se suscriban al nuevo programa de la marca, “Care by Volvo“, pagarán un mínimo de US$ 600 por mes si el paquete que eligen incluye mantenimiento, seguro y 15.000 millas al año. Después de un año puede cambiar por un nuevo Volvo o renovar su alquiler por hasta dos años más. No están incluidos los impuestos, el combustible y la cuota de inscripción.
“Estamos concibiendo una nueva forma de tener auto” dice el presidente y CEO de Volvo Håkan Samuelsson. “Por eso estamos ofreciendo una tarifa plana independientemente de la edad del suscriptor o de dónde viva. La gente que vive en ciudades grandes normalmente paga un seguro mucho más alto”.
Los modelos de suscripción, que brindan más flexibilidad que un alquiler típico de largo plazo, puedan dar a los automovilistas una posibilidad mayor en un entorno donde crecen los sistemas de alquiler tipo Uber. Estos modelos de suscripción abren un nuevo panorama. ¿Por qué atarse a las mismas cuatro ruedas cuando necesitan un tipo de auto utilitario para el invierno, un convertible para el verano y una pick-up el día que se tienen que mudar?
Este programa acelera el avance hacia el modelo “movilidad-como-servicio”, en el cual la gente solo paga por el transporte que usa.