En el mundo en que vivimos, donde nos obsesiona el futuro y la tecnología es fácil olvidarse del dominio de Walmart, la reina indiscutida entre las 500 de Fortune.
Walmart no es ni un unicornio ni conserva su atractivo inicial. Pero es colosal. Con US$ 482.000 millones en ingresos, Walmart vende más que Apple, Amazon y Microsoft juntos. Es más grande que Exxon Mobil y Apple juntas (número 2 y 3 respectivamente en EE.UU.). Sus ventas son mayores que el PBI de Polonia.
Mientras los emprendedores de Silicon Valley buscan negocios para desbarata, Walmart fue la primera desbaratadora y lo hizo con el más implacable de los éxitos. Se convirtió en el retailer más grande del mundo aniquilando a los negocios de la calle, abriendo inmensas tiendas en los suburbios de los pueblitos de Estados Unidos y usando su enorme poder de compra para vender a bajo precio ropa, artefactos del hogar y alimentos que antes constituían el núcleo del comercio local. Ahora tiene 11.500 locales en todo el mundo y 260 millones de clientes por semana.
Mientras se fagocitaba el retail se convirtió en uno de los empleadores más grandes del mundo. Hoy tiene más de 1,2 millones de empleados en Estados Unidos y 2,3 millones en todo el mundo. Según Forbes, es el tercer empleador en el mundo detrás del Departamento de Defensa de Estados Unidos y del Ejército Popular de Liberación de China. La compañía no revela su nómina pero para tener una idea de su tamaño, es útil tener en cuenta que apartó US$2.700 millones cuando prometió elevar los salarios de sus empleados a un promedio de, igualmente todavía irrisorio, US$ 13,38 la hora.
Se ha escrito mucho sobre el poder destructivo de Walmart en las ciudades pequeñas y el crecimiento de los salarios. Su obsesión con los precios bajos ahoga a miles de proveedores, quienes a su vez mantienen bajos sus propios salarios. Y los bajos sueldos que Walmart paga a sus socios obliga a muchos de sus empleadores a depender de la asistencia pública, lo que cuesta a los contribuyentes una cifra que se aproxima a los US$6.200 millones anuales, según Americans for Tax Fairness.
Pero la compañía está cambiando lentamente. Se ha comprometido a mejorar sus prácticas laborales y está creando, gradualmente, presencia online. Eso es bueno porque se le viene encima la competencia: las ventas de Amazon están creciendo a velocidad récord. El futuro de la compra puede estar online y el de la entrega en los autos sin chofer y los drones.
Pero habrá de pasar mucho tiempo antes de que alguna empresa logre superar a Walmart.