Para entender cómo es posible que una firma japonesa tenga posibilidades de vender su versión de curry nada menos que en la India, la cuna de esa mezcla de specias, hay que entender primero la ruta que siguió la comida india a lo largo de la historia.
Los británicos dominaron la India durante muchos años y en ese lapso se aficionaron a la gustosa comida del lugar. Así fue como llegaron a Inglaterra la canela, el cardamomo, la cúrcuma, el coriandro, y, principalmente la mezcla de todas ellas conocida como “curry”. A esos sabores se aficionaron los ingleses y desde Gran Bretaña se produjo la gran difusión por el mundo.
Como suele suceder con la difusión de las comidas, las salsas y los postres, cada país introduce variantes para adaptar lo desconocido al gusto local.
Así fue como Robin Srivastava, un indio nacido en Nueva Delhi, llegó a trabajar a Tokio en el año 2015 en la división metales y minerales del conglomerado Mitsui&Co.. Luego de probar toda la comida nacional que Japón tiene para ofrecer, se puso a buscar restaurantes ingleses para poder comer el curry que añoraba. Encontró uno llamado Cocoichibanya , una cadena con más de 1.200 locales en todo Japón que sirven lo que llaman “arroz al curry”, que consiste en una salsa marrón espesa que incluye vegetales y carne y que se le echa al típico arroz pegajoso de Japón.
Si bien es totalmente diferente del curry de la India, esa versión japonesa gustó mucho a Srivastava. Tanto que cuando volvió a su país y presentó el informe sobre su capacitación, sugirió a Mitsui que intentara llevar la cadena japonesa a la India.
A Mitsui le gustó la idea y en julio junto a Ichibanya Co. anunciaron una joint venture para abrir este año su primer local en Nueva Delhi. “A los indios les va a gustar probarlo. Es fácil dd consumir porque viene hecha y no es tan diferente de la versión nacional”, dice Srivastava, quien en Japón lo comía dos veces por semana.
En los próximos 10 años Mitsui e Ichibanya proyectan abrir 10 locales en la zona de Nueva Delhi.