La compañía, con sede en Clerkenwell, es una demostración de los esfuerzos que hace Londres para convertirse en un hub tecnológico.
El sitio, que realizó una ronda de financiación, permite a sus clientes comprar en 300 boutiques de lujo del mundo entero que venden las marcas más prestigiosas que se conocen.
En lugar de tener un depósito lleno de ropa de marca y accesorios Farfetch actúa como un mercado que permite a los clientes buscar un producto tipeando palabras clave genéricas para luego conectarlos con una boutique que ofrece ese artículo de lujo. Los ingresos los obtiene cobrando una comisión por cada venta a las boutiques, que muchas veces no tienen sitio propio o sistema de entrega.
La escena tecnológica de Londres está comenzando a atraer grandes inversiones para respaldar sus ambiciones globales. Y esas inversiones generalmente provienen de los principales inversores en Silicon Valley.
José Neves, el fundador portugués de Farfetch, explicó a la prensa que ellos no son como otros jugadores de medios sociales que reciben inversiones millonarias pero no tienen ganancias para mostrar. “Nosotros somos una empresa de e-commerce que tiene ventas para mostrar, que tiene ingresos y que tiene márgenes de ganancia”.