La semana pasada se supo que Comcast, la proveedora de servicios televisivos grande de Estados Unidos ha hecho una oferta para comprar Time Warner Cable, segunda empresa de cable por tamaño. Si eso ocurre, el conglomerado resultante se adueñará de Internet, o al menos de los cables que la llevan a la mayoría de los hogares de Estados Unidos.
De realizarse, la operación dará a Comcast TWC el control de 40% de la banda ancha estadounidense y casi la tercera parte de su mercado de televisión por cable. El Departamento de Justicia y la FCC deben decidir todavía si la fusión significa un peligro para la competencia en Internet y servicios de cable y la Comisión Judiciaria del Senado las ha citado a una audiencia. Pero la condena de los analistas y observadores del negocio no se ha hecho esperar. Adi Robertson, columnista de The Verge, dice que no hay posibilidad alguna de que Comcast pueda decir en forma creíble que habrá competencia en el mercado de la banda ancha después de la fusión.
Kevin Roose, en el New York News, dice que según los estándares del gobierno, la operación Comcast—Time Warner debería bloquearse. Para explicar por qué cita el índice Herfindahl- Hirschman (HHI) incluido en la ley antimonopolio norteamericana. El índice HHI se usa para medir la concentración de un mercado. Si el gobierno aplica, como hace siempre, el índice HHI, la fusión sin duda será bloqueada, porque la combinación y de la primera y segunda compañía de cable de Estados Unidos sin duda — y da números – condiciones de monopolio.
Por su parte, Edward Luce dice en el Financial Times de Londres que semejante concentración debería generar preocupación en la vasta mayoría de los norteamericanos que usan internet en su vida laboral y privada. Y sin embargo, la reacción va a quedar en manos de un puñado de senadores y políticos en Washington. La Internet es el sistema neural de Estados Unidos, además de sus ojos y oídos. Y sin embargo, cada vez más está monopolizado por un grupo cada vez más chico de intereses privados. ¿Qué dirección va a tomar todo esto? La probabilidad es que Comcast y el resto de la industria sigan consolidando su control de la internet norteamericana porque no hay nadie en Washington con voluntad de pararla. La FCC está dominada por ex dirigentes de la industria del cable y no hay un solo funcionario elegido oficialmente – desde el presidente Obama para abajo .—que no se haya beneficiado con la amplia campaña de financiamiento de Comcast. Lo mismo que ocurrió con los barones de los ferrocarriles a fines del siglo 19, “el que paga al violinista elige la canción”.