Se trata de melodías sintetizadas que son programadas para sonar cuando suena el teléfono celular. En los últimos días Warner Brothers Records sacó avisos por MTV y MTV2 donde presentaba un conjunto de tonos grabados por la banda punk Green Day. Especialistas en ambos negocios – música y telefonía celular – coinciden en que es la primera vez que un sello musical paga para pasar sus propios avisos de tonos telefónicos en el mercado estadounidense.
Los comerciales forman parte de una campaña publicitaria para promover el lanzamiento (el 21 de septiembre) de “American Idiot,´´ el primer álbum de la banda en cuatro años. Tom Whalley, presidente de WB sello musical, dice que los tonos telefónicos forman parte del cambio que se está operando en la compañía: pretende dejar de ser una simple fábrica de discos para convertirse en vendedora de productos que hacen a un estilo de vida.
Las canciones de Green Day convertidas en tonos telefónicos cuestan US$2,49 cada una. La banda – punk, recordemos — grita, maldice y hace comentarios ingeniosos como : “Es tu mamá. Ya sé. Está conmigo”.
No son la más pura expresión del arte, pero están teniendo una calurosa aceptación en el público. El año pasado se vendieron, en todo el mundo, tonos telefónicos por un valor total de US$ 3.100 millones, según Consect, una firma de investigación del mercado de celulares.
Los analistas suponen que el mercado se va a expandir con rapidez ahora que los fabricantes de teléfonos están sacando aparatos más sofisticados con varios canales de audio que pueden reproducir archivos con trozos de grabaciones reales. La calidad del sonido de los nuevos trozos de música es muy superior a las anteriores versiones sintetizadas de melodías (polifónicas versus monofónicas). Los teléfonos por lo general tienen una pantalla que puede mostrar una lista de cientos de títulos, que se venden a precios que oscilan entre US$ 1,50 y US$ 2,50 y contienen un clip de 30 segundos de la canción.
Los ejecutivos del negocio disquero dicen que, hasta hace muy poco, el mercado les ofreció escasos beneficios. Para producir tonos monofónicos o polifónicos las empresas de telefonía no necesitaban comprar la licencia de la verdadera grabación de una canción. Lo que hacían era comprar la licencia de la composición de un editor de música, pagando sólo apenas 10 o 12% de la regalía. Cuando se usa la grabación real, como ocurre con los tonos master, los sellos discográficos por lo general reciben una reducción de 50%.
Las compañías grabadoras y los editores de música siguen luchando sobre cómo repartirse los ingresos de los tonos telefónicos, lo cual podría terminar restringiendo los derechos sobre las canciones, algo similar a los problemas que tuvieron las tiendas de música online. Aunque esto se supere, también podría haber inconvenientes con algunos artistas que no previeron que su música sea subdividida en porciones para los usuarios de teléfonos celulares.
Las quejas derivadas del avance de los intereses comerciales sobre el terreno de la música no son nuevos. Ya en los años ’80 hubo encendidas protestas sobre el licenciamiento de música para avisos publicitarios.
Pero el nuevo negocio es tan prometedor que la más grande compañía musical del mundo, creó hace ya dos años su propia división interna de tonos telefónicos. Cedric Ponsot, director ejecutivo de la unidad, dijo que la tercera parte de sus ventas provienen de tonos no musicales, que incluyen efectos de sonido y chistes, como uno en el que un imitador emula a George W. Bush. Ponsot reconoce que suele tener problema para convencer a algunos artistas de que vendan su música en forma de tono telefónico, especialmente antes de las últimas mejoras den calidad de sonido.
Se trata de melodías sintetizadas que son programadas para sonar cuando suena el teléfono celular. En los últimos días Warner Brothers Records sacó avisos por MTV y MTV2 donde presentaba un conjunto de tonos grabados por la banda punk Green Day. Especialistas en ambos negocios – música y telefonía celular – coinciden en que es la primera vez que un sello musical paga para pasar sus propios avisos de tonos telefónicos en el mercado estadounidense.
Los comerciales forman parte de una campaña publicitaria para promover el lanzamiento (el 21 de septiembre) de “American Idiot,´´ el primer álbum de la banda en cuatro años. Tom Whalley, presidente de WB sello musical, dice que los tonos telefónicos forman parte del cambio que se está operando en la compañía: pretende dejar de ser una simple fábrica de discos para convertirse en vendedora de productos que hacen a un estilo de vida.
Las canciones de Green Day convertidas en tonos telefónicos cuestan US$2,49 cada una. La banda – punk, recordemos — grita, maldice y hace comentarios ingeniosos como : “Es tu mamá. Ya sé. Está conmigo”.
No son la más pura expresión del arte, pero están teniendo una calurosa aceptación en el público. El año pasado se vendieron, en todo el mundo, tonos telefónicos por un valor total de US$ 3.100 millones, según Consect, una firma de investigación del mercado de celulares.
Los analistas suponen que el mercado se va a expandir con rapidez ahora que los fabricantes de teléfonos están sacando aparatos más sofisticados con varios canales de audio que pueden reproducir archivos con trozos de grabaciones reales. La calidad del sonido de los nuevos trozos de música es muy superior a las anteriores versiones sintetizadas de melodías (polifónicas versus monofónicas). Los teléfonos por lo general tienen una pantalla que puede mostrar una lista de cientos de títulos, que se venden a precios que oscilan entre US$ 1,50 y US$ 2,50 y contienen un clip de 30 segundos de la canción.
Los ejecutivos del negocio disquero dicen que, hasta hace muy poco, el mercado les ofreció escasos beneficios. Para producir tonos monofónicos o polifónicos las empresas de telefonía no necesitaban comprar la licencia de la verdadera grabación de una canción. Lo que hacían era comprar la licencia de la composición de un editor de música, pagando sólo apenas 10 o 12% de la regalía. Cuando se usa la grabación real, como ocurre con los tonos master, los sellos discográficos por lo general reciben una reducción de 50%.
Las compañías grabadoras y los editores de música siguen luchando sobre cómo repartirse los ingresos de los tonos telefónicos, lo cual podría terminar restringiendo los derechos sobre las canciones, algo similar a los problemas que tuvieron las tiendas de música online. Aunque esto se supere, también podría haber inconvenientes con algunos artistas que no previeron que su música sea subdividida en porciones para los usuarios de teléfonos celulares.
Las quejas derivadas del avance de los intereses comerciales sobre el terreno de la música no son nuevos. Ya en los años ’80 hubo encendidas protestas sobre el licenciamiento de música para avisos publicitarios.
Pero el nuevo negocio es tan prometedor que la más grande compañía musical del mundo, creó hace ya dos años su propia división interna de tonos telefónicos. Cedric Ponsot, director ejecutivo de la unidad, dijo que la tercera parte de sus ventas provienen de tonos no musicales, que incluyen efectos de sonido y chistes, como uno en el que un imitador emula a George W. Bush. Ponsot reconoce que suele tener problema para convencer a algunos artistas de que vendan su música en forma de tono telefónico, especialmente antes de las últimas mejoras den calidad de sonido.