<p>Jóvenes, audaces y sin escrúpulos –como los “barones delincuentes” de siglo XIX en EE.UU.-, los productos de la codicia postsoviética que eludieron la estatización, el exilio o la cárcel siguieron amasando fortunas mientras duró el auge moscovita. Algunos hasta son testaferros del zar Vladimir Putin.<br />
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Pero, desde hace unos meses, pocos hombres de negocios en el mundo se han desinflado tanto como los oligarcas rusos, bielorrusos y ucranianos. Por demás apalancados con bancos occidentales (también en emergencia), ahora no pueden afrontar esa deudas. Entonces, el gobierno los rescató vía préstamos cortos durante 2008, sólo para que no cayesen en manos extranjeras.<br />
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Esos créditos vencen al terminar 2009 y su carga se añadirá al endeudamiento externo. Al mismo tiempo, varios acreedores están siendo estatizados, en tantos otros afrontan fusiones, adquisiciones, liquidaciones o escándalos. Vale decir, no pueden ser blandos con los deudores. <br />
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El propio Banco Central ruso calcula que el sector privado o semiprivado desde restituir casi US$ 130.000 millones este año. Esto significa duras perspectivas para oligarcas que no hayan puesto sus “ahorros” en Suiza o demás refugios fiscales. Este factor explica por qué algunos bancos occidentales hoy miran a los “off shore” como lo hacen las autoridades tributarias de Estados Unidos. <br />
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A esta altura, la suerte de muchos magnates depende del presidente Dimitri Miedvyédiev: o sea, de Putin. “El gobierno tienen las mejores cartas. Puede dejar librados al mercado los banqueros que no sean socios ocultos del primer ministro”, señala Olga Kryshtánovska, una socióloga experta en oligarcas.<br />
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Por de pronto, algunos sectores extractivos e industriales recurren a Putin con una propuesta llamativa: revertir las privatizaciones de los años 90 (que capitalizaban créditos), el mecanismo que generó a esos magnates, para empezar. Dicho de otra forma, resovietizar vastos sectores económicos. Pero ¿cuenta Rusia con recursos financieros para encarar ese proceso? </p>
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¿Últimos días para los oligarcas rusos?
Son caricaturas de los Rockefeller, los Morgan y otras pretéritas dinastías estadounidenses. O copias de las que proliferan en Latinoamérica. Hoy los magnates eslavos parecen cerca de su propia decadencia, pues ya no le son útiles al régimen.