Es esa piedra en el zapato lo que le impide a Uber conquistar el país más grande de Asia. En enero, cuando comenzaba el año, Uber anunció con bombos y platillos que había llegado a los mil millones de viajes en todo el mundo desde su lanzamiento en 2009.
La compañía norteamericana acaba de revelar que está perdiendo más de US$ 1.000 millones por año en ese país debido a la feroz competencia que libra con la local Didi Kuadi. Pero Travis Kalanik, su director ejecutivo, insiste en que su compañía está en mejor situación que su rival porque es capaz de financiar sus pérdidas con las ganancias que obtiene en otros países.. La rentabilidad en Estados Unidos le compensa las pérdidas en China. Que su competidor no es rentable aunque está comprando participación en el mercado.
Didi contesta que lo que Kalanik dice no es verdad pues su compañía ha llegado al punto de equilibrio en más de la mitad de las 400 ciudades donde opera.
Lo cierto es que ambas están invirtiendo fuerte en promociones y descuentos para lograr una mayor tajada del mercado. Uber proyecta duplicar este año el número de ciudades hasta llegar a cien.
Pero está perdiendo dinero si se considera el mundo entero. Según la página web The Information, sus pérdidas globales subieron a US$ 1.000 millones en la primera mitad del año pasado, casi 50% más que lo que perdió durante todo el 2014.
Kalanik insiste en que la diferencia fundamental con Didi es que Uber es capaz de compensar lo que pierde en China porque es la compañía dominante en su sector en la mayoría de los mercados norteamericanos y porque aumentó sus ingresos aumentando la tarifa de reserva y sus comisiones. Su rival, dice, recurre a financistas.