Los hoteles de Donald Trump tenían un ambicioso plan de expansión por todo el territorio de Estados Unidos en los primeros meses de su presidencia. Por estos días, esos proyectos parecen estancados.
El nombre Trump desapareció de las paredes de uno de ellos y los cuatro hoteles Trump nuevos que se están construyendo están en tres pequeños pueblos del delta del Mississippi.
El nombre Trump, que en 2015 era considerado el activo más valioso de la corporación, se volvió algo así como un pasivo. Analistas y consultores en el ramo dicen que las inmobiliarias, los desarrolladores y los propietarios de terrenos lo piensan dos veces antes de involucrarse con Trump Hotels.
“El oficio de la presidencia está arrojando una sombra sobre la compañía hotelera”, dice Bob Hunter, CEO de Hunter Hotel Advisors