El primero riesgo es un acuerdo con el BG Group, tercera productora de petróleo y gas de Gran Bretaña , que está atravesando un proceso de aprobación regulatoria. La compra valora a BG en US$ 70.000 millones más de 50% por encima de la valuación de mercado.
El segundo riesgo es la apuesta en el Ãrtico. Shell va adelante con sus intenciones de perforar en el Mar Chukchi, frente a las costas de Alaska, haciendo caso omiso de la acción de los grupos ambientalistas .Si lleva adelante la perforación ante la posibilidad de acciones legales y regulatorias aumentará unos US$ 1.400 millones a los costos de exploración de este año y más en 2016.
Tercer riesgo es su intención de una alianza estratégica con Gazprom. Ya la había anunciado en 2010 y no pasó nada. Pero esta vez las intenciones son más serias y hay una serie de proyectos específicos : el desarrollo de dos extensiones de la línea Nordstream que llevaría gas ruso a los mercados de Europa occidental y la expansión del proyecto de exportación d LNG de Shell (gas natural licuado) a la parte más oriental de Rusia. Ambos proyectos fueron anunciado el mes pasado en San Petersburgo con bombos y platillos.
En el ambiente se presume que estos tres proyectos son contrarios al actual clima en el mercado de hidrocarburos.