Las posesiones de la familia del duque de Westminster llevan 300 años de antigüedad. Han sobrevivido guerras, recesiones y colapsos de mercado. . Pero ahora se ven ante un problema que puede ser mucho más grave que todo eso y que conocen muchas empresas familiares: el de la sucesión.
Al morir a los 64 años de un ataque al corazón, Gerald Cavendish Grosvenor deja a su hijo Hug fincas en Oxford, Cheshire y Escocia además de grandes extensiones de terrenos en Mayfair y Belgravia, los dos distritos más finos y caros de todo Londres. Hugh ha llevado siempre una vida discreta y actualmente como gerente de cuentas de Bio-frijolk, una empresa de tecnología de reciclaje. Deberá ahora saltar de ese cargo a regentear medio Londres y enormes cantidades de hectáreas en el Reino Unido.