domingo, 24 de noviembre de 2024

Soja recuperada y crece el consumo de aceite

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Los fundamentos macro tendrán otro año muy volátil en 2023. El escenario está listo: el regreso de China (tras rigurosas medidas contra el Covid), las tasas de interés que probablemente alcancen su punto máximo en los mercados desarrollados y las amenazas de una desaceleración mundial.

Se esperan grandes oscilaciones de precios en varios activos, según el nuevo informe internacional “Perspectivas 2023 – Commodities agrícolas y energéticos” publicado por hEDGEpoint Global Markets.

“En el frente macroeconómico, la baja liquidez y la desaceleración económica en Occidente serán temas clave este año, así como el regreso de China”, observa la gerente de Inteligencia de Mercado de hEDGEpoint Global Markets, Thais Italiani.

El mercado de la soja en 2022 fue una historia de altas expectativas de producción que no se concretó. A principios de año, Brasil enfrentó una caída y Argentina una producción por debajo de su potencial, factores que marcaron la pauta del año. Cuando comenzó la cosecha 22/23 de Estados Unidos, dada la falta de soja en Brasil y la relación SX/CZ favorable durante la mayor parte del 1T, los agricultores prefirieron la soja al maíz.

Aun así, la sequía durante las pausas críticas limitó la productividad, convirtiendo lo que debería haber sido una cosecha récord en una cosecha regular norteamericana.

“Mientras tanto, China viene consolidando su rebaño porcino en niveles elevados, aunque recientemente el gobierno ha dado muestras de que no se siente cómodo con el exceso de oferta. No obstante, el consumo de alimentos para animales se ha mantenido fuerte. Por esta razón, incluso con la baja producción de Brasil, China siguió comprando grandes volúmenes del país (dada la disponibilidad) e hizo lo mismo cuando Estados Unidos. empezó a cosechar, y solo se desaceleró cuando la cosecha 22/23 de Brasil realmente comenzó a confirmarse récord”, subraya Pedro Schicchi, analista de Granos y Proteínas Animales de hEDGEpoint Global Markets.

Ahora, para 22/23 en Sudamérica, toda la escasez del año pasado sumada a los altos precios de los fertilizantes (que favorecen a la soja frente al maíz) pesaron en la decisión de los agricultores, incentivándolos a sembrar una superficie mayor de soja. En Brasil, esto se tradujo en una cosecha esperada de 20M ton más que el año pasado y 10M ton más que el récord anterior. Argentina también creció en superficie, aunque todavía dentro de los límites de las cosechas pasadas.
Sin embargo, este año los papeles se han invertido. Mientras que en 21/22 Argentina logró mantener una productividad cercana a la normalidad y Brasil sufrió grandes pérdidas, esta vez la cosecha de Argentina se encuentra en una situación peor. Aun así, es cierto que la producción total sudamericana de 22/23 probablemente sea un récord debido a Brasil (que estimamos en 150M ton vs 153M ton del USDA), ayudado también por una mejor producción en Paraguay.
A estas alturas, las cifras del USDA indican un superávit mundial algo cómodo. “No obstante, creemos que aún puede haber algunos recortes en la producción argentina y brasileña, lo que nos puede dejar mucho más cerca del cero neto, un argumento algo alcista”, resalta Schicchi. “Además, no podemos dejar de notar que, de alguna manera la demanda se vio frenada por los niveles de oferta en las últimas tres cosechas, por lo que el consumo debe tardar en recuperarse”, añade.

Crecimiento del consumo de aceite

El segmento aceite en el complejo soja sufrió mucho el año pasado y debe seguir registrando una alta volatilidad. El destino del mercado de aceite de soja ha estado vinculado a una combinación de decisiones gubernamentales sobre políticas de biocombustibles, aumento de la inflación y frecuentes cambios en las políticas de exportación y biodiésel de aceite de palma de Indonesia y Malasia.
En Estados Unidos y Brasil, las administraciones actuales deberían, al menos en teoría, estar más inclinadas a las políticas verdes. De hecho, en Estados Unidos, los mandatos han aumentado desde 2021, pero el sector argumenta que este crecimiento está por debajo de su potencial.

 

“Sin embargo, en Brasil, la inflación ha venido desempeñando un papel fundamental en la disminución de la voluntad política de aumentar los mandatos de biodiésel, aun en dos gobiernos opuestos. Para 2023, se espera que el gobierno aumente el mandato debido a la gran oferta esperada de soja. No obstante, no hay declaraciones concretas sobre el mandato para después del 23 de marzo, y si China compra tanto como se espera, la competencia por esta “oferta récord” puede resultar alta”, dice el analista de Granos y Proteínas Animales de hEDGEpoint Global Markets.

Aun con los puntos dudosos, según hEDGEpoint Global Markets, se espera que el crecimiento del consumo de aceite, al menos en estos dos países (Estados Unidos y BR), aliente la molienda, creando un eventual excedente de este commodity que debilitaría mercado internacional en el largo plazo, aunque en este 2023 el factor Argentina es clave en el soporte del mercado de harina de soja.

Se puede argumentar que la menor cosecha argentina puede compensar el “exceso de oferta” de harina en Brasil y Estados Unidos, y esto es verdad. Sin embargo, si se observa todo el complejo, una caída de cosecha en Argentina es también alcista para el aceite, aunque tiene hay que seguir también de cerca la disponibilidad de Palma, que es sustituto.

Es interesante seguir la relación de precios de los subproductos a través del oilshare, estando los mercados sujetos a las políticas de biocombustibles de los países mencionados y a la voluntad del gobierno de Indonesia, que actualmente parece bastante proteccionista.

 

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