La subsidiaria de Shell en Londres ha solicitado una licencia para operar una red de taxis privados en esa ciudad. Es la primera vez que una compañía petrolera se propone probar la tecnología estilo Uber en un mercado europeo.
La app de Shell, que lleva por nombre FarePilot y comunica a los conductores en qué lugar hay alta demanda de taxis, presentó la solicitud ante la Autoridad de Transporte londinense en el mes de julio del año pasado. Si la aceptan, el servicio podría expandirse para ofrecer un sistema completo de reserva de taxis.
FarePilot ya comenzó a contactar conductores para ver si aceptarían participar de una prueba. Se cree que Shell no tiene intenciones de ir contra Uber y que probará la tecnología con servicios business-to business en lugar de orientarse a clientes particulares.
A las compañías energéticas les preocupa perder el acceso a los consumidores mientras los avances tecnológicos, como los viajes compartidos y los vehículos eléctricos y autónomos amenazan con desbaratar su modelo tradicional de negocios de vender nafta y gasoil a través de las estaciones de servicio.
Shell es dueña de 74% de FarePilot; el resto pertenece al Boston Consulting Group. Según James Farrar, presidente de la rama de conductores privados de alquiler del Sindicato de Trabajadores Independientes de Gran Bretaña, la app de Shell debería introducir protección para diferenciarse de Uber, cuya licencia no será renovada por las autoridades londinense debido a razones de seguridad.