En Argentina, los vigiladores, tomando los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, dice “Claves Información Competitiva” que suman 150.230 en 2014, que representan un aumento de la plantilla del 11% con relación a la de 2010, que calcula en 135.339.
A la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación (CAESI), datos formales de la AFIP le dan un número menor, 142 mil aproximadamente. Estamos hablando de un negocio que facturó $ 23.377 millones el año pasado, que lo lleva a ocupar el 0,06% del PBI.
El estudio realizado por Claves atribuye a la falta de acción en materia de seguridad pública y participación por parte del Estado el significativo crecimiento de las empresas del sector, que el año pasado se desaceleró.
Identifica como las principales a Prosegur, Securitas, G4S Argentina, Brinks y ADT, que representan 41,4% del mercado local de la seguridad industrial, vial, de empresas, bancos, countries, personas, etc.
Al ser la seguridad privada una actividad mano de obra intensiva, 8 de cada 10 pesos del costo de la vigilancia física (que insume casi 70% del giro del negocio) van a sueldos, y los convenios colectivos que se firman con la Unión de Personal de Seguridad de la República Argentina (UPSRA), además de hacer subir 34,1% la plantilla salarial del año pasado, para este ya se anticipó que cualquier negociación partirá del 38%.
Cómo se trasladará a una facturación mensual del sector de $ 2.556 millones como la actual, cómo incidirá en la cantidad de horas a contratar por los usuarios, si estarán dispuestos a pagar los aumentos y cómo, constituyen el acertijo empresarial del momento.
Una exhaustiva investigación sobre este mercado tan específico fue publicado en la edición de Mercado de marzo de este año.