El informe acerca del sector automotor, denominado “Ficha Sectorial”, que realizaron la consultora económica Ecolatina y la especializada en investigación de mercados, Key Market, identifica en el contexto macroeconómico nacional e internacional una fuerte presión sobre la actividad, sin que se espere un repunte significativo en la última parte del año.
Por un lado, Brasil, principal comprador de vehículos argentinos, atraviesa una recesión. Las exportaciones de vehículos a ese país están en el nivel más bajo desde 2007. En los últimos cinco años, el tipo de cambio real multilateral del sector se redujo a la mitad por el atraso del tipo de cambio nominal con respecto a la inflación.
La devaluación de socios comerciales como Brasil aceleró el proceso este año, en el que se registra una merma del 23,2% con respecto al cierre de 2014. Las restricciones comerciales completan la tríada de condicionantes. Las dificultades para importar autos terminados (caen 48,3% i.a. en el año) y autopartes (18,8% por debajo del nivel de 2014) restringen el crecimiento de la oferta.
Dadas las tensiones cambiarias, es improbable que las restricciones se relajen de manera significativa este año. En cuanto a la coyuntura sectorial, Ecolatina y Key Market coinciden en que la demanda interna está mostrando débiles señales de recuperación, estimulada por los aumentos salariales y el mayor crédito vía planes de ahorro y financieras asociadas a las terminales.
La ampliación de la brecha cambiaria también empuja la demanda, ya que los vehículos están relativamente baratos al tipo de cambio paralelo.
Pero el desplome de las importaciones restringe la oferta de 0 KM.
En este marco, la demanda se vuelca a usados de calidad. La compraventa de usados se muestra mucho más dinámica que la de 0KM en lo que va de 2015; mientras la compra-venta de usados avanza 7,4% la de 0 KM se contrae 14,7%. En este contexto, la producción de vehículos se mantiene en terreno negativo. En el año acumula una retracción del 9,7% i.a. Con una perspectiva más amplia, la producción de los últimos 12 meses es casi un tercio inferior al máximo alcanzado en 2011.