Según el comunicado difundido este lunes por Le Figaró, la transacción implicaría que la suiza Holcim lanzaría una OPA (Oferta Pública de Adquisición) por la francesa Lafarge que se abonaría enteramente en acciones. Si fructificara dicha OPA, la empresa resultante de la fusión tendría su sede social en Suiza pero mantendría sus sedes operacionales en ambos países
Holcim comparía Lafarge para crear un grupo con ventas combinadas de € 39.000 millones y ganancias antes de impuestos, depreciación y amortización de €6.500 millones. El CEO de Lafarge, Bruno Lafont, asumirá el mismo cargo en la grupo combinado mientras que el presidente del directorio de Holcim, Wolfgang Reitzle, pasa a ser presidente del directorio del grupo fusionado.
La fusión, que se negocia desde enero, va a desencadenar grandes problemas de competencia en muchos países de Europa, América del norte y del sur y Asia, donde la industria es objeto desde hace mucho tiempo de preocupaciones antimonopólicas.
Los cuatro grupos cementeros más grandes del mundo han estado bajo investigación de la Comisión Europea desde 2008, por conducta monopólica y fijación de precios. Lafont y Rolf Soiron, aseguran que ya están en conversaciones con la Comisión Europea.
Soiron dijo que las dos compañías proyectan que el programa de desinversión se complete antes de mediados de 2015, fecha calculada para el cierre de la operación que llaman “fusión de iguales”.
Juntos, Lafarge y Holcim representan una facturación de 32.000 millones de euros y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 6.500 millones de euros.
La operación todavía tiene que ser aprobada por las autoridades de la competencia
