Las autoridades portuarias no les permiten atracar porque la quebrada compañía no puede pagar las tasas de descarga. Si bien la firma madre, Hanjin Group US$ 90 millones para permitir que algunos de los barcos lleguen a puerto, eso deja un faltante de US$ 270 millones y el resultado es que la mayoría de los cargueros siguen varados en el mar.
Esta situación, sumada al temor de que otras navieras sigan el ejemplo de Hanjin debido a la profunda crisis que atraviesa el sector, provocó el caos en la cadena de suministro de innumerables compañías. Las empresas que necesitan trasladar su mercadería por mar, les preocupa profundamente la posibilidad de más quiebras. Con la desaceleración del comercio mundial se generó una considerable capacidad ociosa en las navieras de carga. Once de ellas revelaron enormes pérdidas en el último trimestre.
El problema comercial que genera esta situación es grave. En Estados Unidos y Europa las grandes cadenas minoristas dependen fuertemente de productos que llegan de Asia en los contenedores que ahora no pueden atracar.