viernes, 22 de noviembre de 2024

¿Qué hacer cuándo tenemos muchas ideas?

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Un tsunami de ideas, situación normal para algunos emprendedores, no siempre es una buena noticia. ¿Cómo se puede decidir qué idea perseguir? Hay que evaluar costos, oportunidades, y financiamiento entre otras cosas.

La peculiar visión del emprendedor lo hace ver posibles negocios donde quiera que mire. Lo que para algunas personas es una frustración, por ejemplo un problema sin solución, para el emprendedor es una oportunidad de negocios. Pero ver una oportunidad en cada esquina y a cada momento puede ser problemático porque no existen recursos para llevarlas todas a cabo. Incluso las grandes compañías tienen que decidir entre una cantidad finita de proyectos, porque el tiempo, el dinero y la energía no son ilimitados. ¿Cómo podemos solucionar el problema de tener una avalancha de ideas?

 

Una estricta evaluación de costos y beneficios

 

No todas las buenas ideas son buenos negocios. La mayoría de las ideas encajan en diferentes modelos de negocios, algunas son negocios más lentos que necesitan de mucho tiempo para retornar una buena tasas de ganancia pero son estables y crecen orgánicamente. Otros son negocios más explosivos que irrumpen en el mercado y dan buenas ganancias en poco tiempo pero luego se ven opacados por la competencia. Algunos modelos requieren mucha inversión y otros poca. Mientras más ideas tengamos, más necesario es ponerse estricto con la selección de ideas y más estricto aún con la evaluación de costos y beneficios.Algunas ideas es mejorar reservarlas para otros momentos de la empresa. Una buena selección es el mejor filtro cuando tenemos una sobrecarga de ideas.

 

Analizar el mercado

 

El éxito de una idea depende en gran medida del estado del mercado en ese momento. Depende de cuán competitivo sea, cuán preparado esté el público para aceptar la idea o de la competencia en el rubro. Un análisis concienzudo del mercado nos va a ayudar a eliminar y refinar las ideas que están dando vueltas por nuestra cabeza. ¿Qué tan atractiva es tu idea en el mercado actual?, ¿hay otros mercados más promisorios?, ¿puede cambiar la idea para adaptarse a ese mercado?, ¿en qué es mejor que la competencia la nueva propuesta?, ¿existe alguna vez en irrumpir en el mercado con esta idea? La mayoría de estas preguntas nos van a permitir filtrar qué ideas valen la pena para el mercado del hoy.

 

Pensar si podemos llevar a cabo esas ideas

 

Muchas buenas ideas son muy difíciles de realizar sin un cambio drástico en el entorno de trabajo. Encontrar los requerimientos básicos para una idea es el primer paso para realizarla y si una idea no se puede realizar quizás no es merecedora de estar dando vueltas por nuestra cabeza. Para concretar una idea necesitamos saber cuánto personal vamos a necesitar y con qué capacitación, qué clase de financiamiento vamos a necesitar y cómo lo vamos a conseguir e incluso qué tan rápido podemos entrar al mercado para ver si somos los suficientemente rápidos como para capitalizar la idea.

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