Los jugadores se han convertido en activos a ser vendidos para pagar las deudas del club, mientras el creciente éxodo de los mejores más jóvenes de la Argentina y Brasil, en especial (el esquema se replica en toda Sudamerica en menor proporción), está dejando un vacío de talentos irrecuperables y merma en las economías del espectáculo deportivo, según reporta Euromericas Sport Marketing en su informe “Ranking de exportación de jugadores del mundo 2015”.
“La realidad actual es que un jugador es un activo importante, trae más ingresos que la televisión, la venta de entradas, merchandising, licencias”, recuerda Gerardo Molina, especialista en Marketing Deportivo e innovación empresarial.
“En otras palabras, son la principal fuente de ingresos para los clubes en América. Eso explica la premura con que se venden los jugadores para encontrar una manera de pagar las deudas a la que apela la mayoría de los clubes, especialmente en Argentina y Brasil”, precisa.
Argentina ha producido algunos de los mejores jugadores del mundo, como Maradona o Messi, entre cientos de miles que perfilan con altos niveles por minuto. Este año, la medición tomada a mayo de 2015, muestra que la Reina del Plata vendió al exterior 4.765 jugadores; en comparación, Brasil colocó 3.240 jugadores. Un dato para destacar es la edad de los exportados, que como promedio es de 17 años, según cifras compiladas por Euromericas, compañía que lidera Gerardo Molina, la única que mide estas cifras mediante el “Método Prisma”, que cuantifica los reclutamiento y ventas”.
Argentina supera a Brasil, el mayor exportador de la década pasada, y ahora suministra el 89% de sus promesas futbolísticas a Europa, con un número cada vez mayor.
Las cifras de la Argentina se han disparado porque el país funciona con un doble sistema, es decir los clubes y academias privadas envían jugadores jóvenes al extranjero de común acuerdo, en ocasiones junto a intermediarios y agentes de futbolistas; y también por separado.
En el resto de América, por su parte, sólo los clubes, mayormente de primera y segunda división, son los que manejan las ventas, con una nula o baja incidencia en la intervención de centros privados o clínicas de fútbol. (Muchas son filiales de clubes europeos que tienen sedes en el continente americano.)
Este sistema es posible gracias a la ausencia de entes de planificación y control en los países de América, en especial en Argentina y Brasil, en los que existe una marcada ausencia de padrones en los que se asienten registros de representantes e intermediarios, así como un sistema de verificación de los movimientos de salida de los países, explica el extenso informe.