<p>Solo durante 2010, ataques récords les insumieron a los fleteros alrededor de US$ 2.400 millones. En un año y medio, cotando desde abril, alrededor de 20% de barcos que frecuentan esas costas contaran con ejércitos privados, contra 12% en marzo. Así señala Peter Cooke, vocero de la asociación de seguridad marítima (Saami en inglés).<br />
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Durante una presentación en Londres, el grupo señaló que reúne a un quinto de firmas proveedoras de esos servicios. Dato clave: la masa de rescates pagados a los piratas, mayormente somalíes, saltó de US$ 150.000 en 2005 a 5.400.000 el año pasado. La cifra proviene la fundación Un futuro para la Tierra, Estados Unidos. También el número de ataques en 2010 carecen de precedentes: 49 buques y 1.016 tripulantes secuestrados, según la oficina marítima internacional (IMB).<br />
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“Cada día más armadores quieren tener guardias de seguridad abordo. Es difícil objetarlos, pues su presencia parece dar buenos resultados”, explica Andrew Bardot, secretario del grupo internacional P&I Clubs, que asegura 90% de la flota mercante mundial contra ese tipo de riesgos. “Ninguna nave con guardias armados ha sido asaltada hasta mediados de este mes”.<br />
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En general, las empresas mantienen tres a cinco guardias por unidad y, cuando necesitan más, contratan extras. Cook indica que los armadores pagan cerca de cien millones anuales a las proveedoras de seguridad paramilitar. Dependiendo de las circunstancias, puede haber de 50 a 50 efectivos por barco.<br />
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Entre inicios de año y fines de abril, los piratas somalíes efectuaron 145 ataques y capturaron veintidós naves. Son cifras de la organización marítima internacional (OMI), brazo de Naciones Unidas. La identidad sugería a los armadores no apelar a seguridad privada pero, últimamente, ha flexibilizado su postura. <br />
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Piratería: cuesta US$ 2.400 millones anuales
Las armadoras privadas recurren ahora a guardias munidos de fusiles de asalto AK-47. Así reveló un grupo profesional dedicado al negocio de la seguridad. El área abarca el mar de Omán, el golfo de Adén y el mar Rojo, o sea el litoral de Somalía.