Como ocurre en otras plazas fuera de Estados Unidos o Europa occidental, la presunta globalización de dos crisis (hipotecaria, crediticia) no afecta a los grandes jugadores en el campo de los productos primarios. El récord de la soja argentina refleja un fenómeno ya anotado por el “Economist”: los riesgos recesivos no son ya unánimes.
En medio de nuevas turbulencias bursátiles, efectivamente, el mayor rubro local de exportación retomaba este viernes la curva ascendente de la semana anterior en la bolsa rosarina. Al parecer, el “contagio” ya no es tan global como piensan ciertos analistas de Wall Street y sus émulos rioplatenses.
Repitiendo rasgos observados en Asia-Pacífico, las necesidades locales de la industria aceitera –cuya capacidad procesadora supera la cosecha presunta- son la clave de los precios. Esta firmeza presupone estabilidad, si no aumento, de la recaudación tributaria vía retenciones a la exportación (35% sobre el poroto, 30% sobre aceites y harinas).
En Davos, alguien se fijó en los valores rosarinos. Luis Moreno (Banco Interamericano de Desarrollo) sostuvo que Argentina podría volver a ser graneros mundial. Irónicamente, ese foro es un reducto de la ortodoxia, para la cual las crisis en Estados Unidos siguen siendo tan contagiosas como en otros tiempos. En igual tinglado, los jefes de gobierno de Vietnam, Singapur, Tailandia y Malasia también adherían a la “tesis del desacople”.
Como ocurre en otras plazas fuera de Estados Unidos o Europa occidental, la presunta globalización de dos crisis (hipotecaria, crediticia) no afecta a los grandes jugadores en el campo de los productos primarios. El récord de la soja argentina refleja un fenómeno ya anotado por el “Economist”: los riesgos recesivos no son ya unánimes.
En medio de nuevas turbulencias bursátiles, efectivamente, el mayor rubro local de exportación retomaba este viernes la curva ascendente de la semana anterior en la bolsa rosarina. Al parecer, el “contagio” ya no es tan global como piensan ciertos analistas de Wall Street y sus émulos rioplatenses.
Repitiendo rasgos observados en Asia-Pacífico, las necesidades locales de la industria aceitera –cuya capacidad procesadora supera la cosecha presunta- son la clave de los precios. Esta firmeza presupone estabilidad, si no aumento, de la recaudación tributaria vía retenciones a la exportación (35% sobre el poroto, 30% sobre aceites y harinas).
En Davos, alguien se fijó en los valores rosarinos. Luis Moreno (Banco Interamericano de Desarrollo) sostuvo que Argentina podría volver a ser graneros mundial. Irónicamente, ese foro es un reducto de la ortodoxia, para la cual las crisis en Estados Unidos siguen siendo tan contagiosas como en otros tiempos. En igual tinglado, los jefes de gobierno de Vietnam, Singapur, Tailandia y Malasia también adherían a la “tesis del desacople”.