La mayor fabricante mundial de alarmas antirrobos y válvulas industriales
debió efectuar ajustes de última hora -cuyo monto se ignora todavía-
en el último estado trimestral (segundo de su ejercicio). Pero éstos
se originan en irregularidades contables por no menos de US$ 1.000 millones, recién
detectadas por auditores externos.
Esto se agrega a los US$ 1.300 millones detectados por la Securities &
Exchange Commission en diciembre. Ahora quien tendrá problemas es David
Boies, abogado de Tyco, por haber asegurado que no había más irregularidades
y que, a lo sumo, los cargos sobre el balance no pasarían de US$ 382 millones
en enero-marzo. Pero el nuevo CEO, Edward Breen, ordenó otra revisión
y descubrió los mil millones aludidos.
El caso Global Crossing es diferente. Aquí, la SEC sospecha maniobras en
el plan de inversores de Singapur y Hongkong (esencialmente, Hutchinson Whampoa)
para tomar el control accionario de la firma. Ahora, queda en suspenso la aprobación
de un acuerdo por US$ 250 millones.
La mayor fabricante mundial de alarmas antirrobos y válvulas industriales
debió efectuar ajustes de última hora -cuyo monto se ignora todavía-
en el último estado trimestral (segundo de su ejercicio). Pero éstos
se originan en irregularidades contables por no menos de US$ 1.000 millones, recién
detectadas por auditores externos.
Esto se agrega a los US$ 1.300 millones detectados por la Securities &
Exchange Commission en diciembre. Ahora quien tendrá problemas es David
Boies, abogado de Tyco, por haber asegurado que no había más irregularidades
y que, a lo sumo, los cargos sobre el balance no pasarían de US$ 382 millones
en enero-marzo. Pero el nuevo CEO, Edward Breen, ordenó otra revisión
y descubrió los mil millones aludidos.
El caso Global Crossing es diferente. Aquí, la SEC sospecha maniobras en
el plan de inversores de Singapur y Hongkong (esencialmente, Hutchinson Whampoa)
para tomar el control accionario de la firma. Ahora, queda en suspenso la aprobación
de un acuerdo por US$ 250 millones.