(EFE).- La reticencia de los brasileños a pagar con monedas llevó a la compañía del metro de Sao Paulo a premiar con bolígrafos y sombreros a quienes pagasen sus billetes en metálico.
La idea de recompensar a quienes compran billetes de metro usando más de 50 monedas permitió recaudar US$ 79.000 en un mes, aunque paralizó más de la mitad de las máquinas automáticas expendedoras, dijo la agencia de noticias Estado.
La operación de canje terminará el 31 de enero. “Desde entonces esperamos que el Banco Central coloque más monedas en circulación”, dijo Decio Tambelli, director de operaciones del metro de Sao Paulo.
El déficit de monedas de cinco y diez centavos ha hecho florecer además un mercado paralelo en algunas calles de la mayor ciudad de América latina.
Según Estado, feriantes temerosos de dejar sin cambio a la clientela pagan 100 reales, unos US$ 53, por 96 reales en monedas. Si el comprador quiere pagar con cheques, las monedas son US$ 2,6 más caras.
Otros comerciantes optaron por una solución matemática: redondear los precios de sus mercancías.
El Banco Central calcula que cada uno de los 170 millones de brasileños debería tener, teóricamente, 34,3 monedas de diversos valores en su poder. El problema es que la gente las deja en casa.
Para José dos Santos Barbosa, jefe del departamento de Circulante del Banco Central, una de las razones del déficit de metálico es el fantasma de la “hiperinflación”, cuando los precios se multiplicaban en cuestión de minutos y las monedas eran apenas lastre en los bolsillos.
Ahora, con la estabilidad del real, los consumidores deben perder el miedo y recuperar la “cultura de las monedas”, opinó Barbosa, que reconoció la necesidad de emitir nuevas unidades.
(EFE).- La reticencia de los brasileños a pagar con monedas llevó a la compañía del metro de Sao Paulo a premiar con bolígrafos y sombreros a quienes pagasen sus billetes en metálico.
La idea de recompensar a quienes compran billetes de metro usando más de 50 monedas permitió recaudar US$ 79.000 en un mes, aunque paralizó más de la mitad de las máquinas automáticas expendedoras, dijo la agencia de noticias Estado.
La operación de canje terminará el 31 de enero. “Desde entonces esperamos que el Banco Central coloque más monedas en circulación”, dijo Decio Tambelli, director de operaciones del metro de Sao Paulo.
El déficit de monedas de cinco y diez centavos ha hecho florecer además un mercado paralelo en algunas calles de la mayor ciudad de América latina.
Según Estado, feriantes temerosos de dejar sin cambio a la clientela pagan 100 reales, unos US$ 53, por 96 reales en monedas. Si el comprador quiere pagar con cheques, las monedas son US$ 2,6 más caras.
Otros comerciantes optaron por una solución matemática: redondear los precios de sus mercancías.
El Banco Central calcula que cada uno de los 170 millones de brasileños debería tener, teóricamente, 34,3 monedas de diversos valores en su poder. El problema es que la gente las deja en casa.
Para José dos Santos Barbosa, jefe del departamento de Circulante del Banco Central, una de las razones del déficit de metálico es el fantasma de la “hiperinflación”, cuando los precios se multiplicaban en cuestión de minutos y las monedas eran apenas lastre en los bolsillos.
Ahora, con la estabilidad del real, los consumidores deben perder el miedo y recuperar la “cultura de las monedas”, opinó Barbosa, que reconoció la necesidad de emitir nuevas unidades.