La noticia de que Netflix va a invertir 400 millones de libras esterlinas en programas de TV y películas hechas en Gran Bretaña ha provocado el resurgimiento de quienes se preguntan si su nivel de gasto es sostenible dado que la compañía sostiene una deuda importante. En abril reunió US$ 2.000 millones, con lo cual su deuda de largo plazo se aproxima a los US$ 12.300 millones.
Para la compañía tiene sentido usar deuda para financiar su negocio. Primero porque en Estados Unidos las tasas de interés son bajas y porque la deuda es deducible de impuestos.
Además, a pesar de que Apple y Disney tienen posibilidad de desafiarle su poderío, Netflix es líder indiscutido con 71% de participación en el mercado global, según Parrot Analytics. Tiene 2,7 millones de suscriptores y en el último trimestre sus ingresos no llegaron por muy poco a la marca de las expectativas.
Pero lo más importante de todo es la calidad de su contenido. Mientras Apple TV+, Disney+ y HBO Max invierten fuertemente en contenido original, nada garantiza que esos proveedores vayan a crear Exitos como The Crown o Black Mirror.
Por último, tiene la ventaja de quien a hecho la primera jugada. Tanto que la palabra “Netflix” ya se ha convertido en casi un sinónimo de ver televisión “on demand“.