<p>El sistema parte de dos cabeceras en el mar Caspio (Azerbaidyán, Irán) y una en mar Negro. Tras cruzar éste, Grecia y Turquía misma, atraviesa los Balcanes hasta alcanzar Austria, Hungría e Italia. Pero abastecerá también a Rumania, Bulgaria, Serbia, Albania, Alemania, Francia, etc.</p>
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<p>Por supuesto, la clave política de la red, Turquía, es el mismo país cuyo ingreso sigue siendo resistido en la Unión Europea. Los gasoductos de paso también tocan la violenta geografía caucásica e Irán. La apuesta es clara para Bruselas: flexibilizarse con los turcos –pese a Polonia y el Vaticano- para depender menos del fluido bombeado desde Rusia vía Ucrania.<br />
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Nadie sabe bien por qué le pusieron el nombre de una ópera algo pesada y sin relación con hidrocarburos. La red suma 3.300 kilómetros (900 bajo el mar), aportará 31.000 millones de metros cúbicos de metano desde 2015 y costará en total € 8.000 millones. Entre las dificultades en el tapete había una bastante clave: Angora exigía 15% de participación en el fluido y los europeos se negaban.<br />
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Al fin se llegó a un arreglo. A partir del lunes, pues, irá armándose una red de abastecimiento capaz de competir con la de Gazprom, el mayor monopolio estatal de hidrocarburos en el mundo.</p>
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Nabucco ya no es más sólo una opera de Verdi
En Angora se firma este lunes el proyecto para una red de gasoductos donde Giuseppe Verdi no tiene nada que ver. El conjunto abarca Nabucco, corriente sur e interconexiones transadriática (ITA) y Turquía-Grecia-Italia (TGI).