Tenía 47% de las acciones de BMW que, en 2014, le significó dividendos por € 815 millones según consta en el ejercicio de la compa
Quandt, quien fallece a los 89 años de edad, heredó en 1982 el imperio industrial de su marido, Herbert Quandt, quien en los años 60 había reflotado la compañía fabricante de vehículos.
Para la opinión pública alemana, ella fue la verdadera jefa de BMW, pues a la muerte de su marido asumió el rol de jefa de la familia y comenzó a dirigir las empresas que había heredado. De la noche a la mañana, la mujer ocupó el cargo de vicepresidenta de exclusiva Junta de Vigilancia de BMW y en el gigante químico Altana. Y, casi cono el milagro bíblico, la viuda multiplicó la riqueza que había heredado hasta convertirse en la mujer más rica del país, un título que ahora ostenta su hija Susanne.
“Johanna Quandt fue la fuerza motriz de BMW durante más de 50 años y aportó un entusiasmo y una pasión poco común a la empresa, además de un gran apoyo y solidaridad”, señaló el consejero delegado de BMW, Harald Krüger.
La secretaria
En la década de los años 50 Johana era la secretaria del industrial Herbert Quandt, cuyo imperio industrial abarcaba docenas de compañías e incluía participaciones en Daimler-Benz y BMW. Se casó con él en 1960 convirtiéndose en su tercera esposa. Por aquellos años BMW estaba al borde del colapso y a punto de ser comprada por Daimler-Benz. Quandt salvó su independencia y la volvió a la rentabilidad. . Con el tiempo BMW fortaleció su marca y se convirtió en una potencia en la industria automotriz mundial.
Como la vista de su marido era cada vez más débil, comenzó a leerle, todas las mañanas, lo más importante de la prensa económica, una experiencia que más tarde la llevó a crear un premio anual al periodismo económico.
Luego de la muerte de su marido en 1982, se puso al frente de la compañía hasta 1997.