sábado, 28 de diciembre de 2024

Mueren 100 obreros en Bangladesh

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Fue en el incendio de una fábrica de Tazreen Fashions que produce ropa para el supermercado Wal-Mart, el retailer C&A y otras compañías asiáticas como Li & Fung. Se investiga el vinculo de estas empresas con malas prácticas laborales.

El incendio que este fin de semana provocó la muerte de 100 obreros se convirtió rápidamente en la tragedia más grande que haya experimentado el sector industrial de Bangladesh. El incendio pone de relieve los vínculos entre algunas de las marcas más importantes de occidente y las malas condiciones laborales en países de Asia.

La fabrica era propiedad del grupo Tazreen Fashions, que producía ropa para el supermercado Wal-Mart, el retailer C&A y otras compañías importantes. Pero Tazreen es solo una de las 4.500 fabricas que emplean a casi 3,4 millones de obreros –generalmente mujeres jóvenes que trabajan muchas horas tiñendo, cortando y confeccionando ropa- que cobran US$ 45 al mes.

Organizaciones activistas dicen que la seguridad de los trabajadores ha sido puesta en riesgo por el sistema de outsourcing que permite que las grandes marcas se desentiendan de sus cadenas de producción pero, al mismo tiempo, cosechen los beneficios de trabajo barato. De esta manera, muchas marcas desconocen quién está produciendo para ellos haciendo casi imposible la tarea de chequear si se cumplen o no con los estándares de seguridad. Las marcas globales se han lavado las manos de parte de la responsabilidad.

La poca estabilidad de las inversiones hace que pocos contratistas asiáticos se vean incentivados a mejorar las condiciones de infraestructura y salarios.

 Wal-Mart lanzó un comunicado diciendo que el fabricante de sus productos habían subcontratado a Tazreen sin autorización y en violación de las políticas de la compañía. Dijo también que, luego del accidente, cortó toda relación con su proveedor en Bangladesh pero que seguirán intentando crear mejores estándares en la industria a través de programas educativos en ese país.

Por su parte, C&A reconoció haber pedido 222.000 sweaters a Tazreen –la primera orden en su historia- y que mandará un representante a Bangladesh para estudiar cómo ayudar a las víctimas. Li & Fung, que confecciona ropa para otras marcas globales, ofreció US$ 1.200 en compensación a las familias de las víctimas.

Pero diversos grupos dicen que estas soluciones no sirven para atacar el problema mayor, por lo tanto los incendios seguirán ocurriendo. Es lo que sucedió en el pasado: según Asia Monitor Resource Centre más de 500 obreros murieron en incendios desde 2006. Las salidas de emergencia son pocas y algunas de ellas son tapadas por estaciones de trabajo, aumentando la lista de víctimas.

El Estado se hizo eco de estas denuncias y ordenó el cierre de las fabricas que no cuentan con más de una salida de emergencia. Pero se necesita más legislación, no solo en Bangladesh, sino en toda Asia. Un incendio en Karachi en octubre mató a 300 obreros, el mayor desastre en fábricas en la historia de Asia. Desde los gobiernos, sin embargo, apuntan a las empresas y dicen que sus esfuerzos para mejorar las condiciones de trabajo son, en su mayoría, cosméticos.

Como el costo de producir en China está subiendo, muchas fábricas de ropa han movido sus operaciones a otros países de Asia que no están preparados para inspeccionar cada fábrica.

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