Crecen en China las ventas de autos eléctricos. No parecen afectarlas ni la desaceleración de la economía ni la escasez de chips. Otra historia sería si llegan a escasear las baterías. Y eso pone la mira en la producción de litio, fundamental para las baterías.
Zijin Mining compró – poniendo billetes por valor de US$ 768 millones) la canadiense Neo Lithium. Esa suma podría parecer excesiva para una compañía con pronóstico de pérdidas para 2022, aunque sus acciones se duplicaron este año.
En el contexto del mercado chino de autos eléctricos, la compra tiene mucha lógica. Las ventas de vehículos con la nueva energía, tanto a batería como híbridos plug-in, crecieron 150% el mes pasado con respecto al año anterior. Neo Lithium posee y explota algunos de los más grandes depótsitos de litio del mundo.
El aumento de la demanda en China significa que las compañías deben hacerse con baterías y sus materiales clave. El país es responsable de 80% de la manufactura mundial de células para baterías, casi 40% del total. Y el aumento en las ventas de autos eléctricos significa que los precios del carbonato de litio crecieron cinco veces el año pasado.
Chile, Australia y Argentina tienen los mayores depósitos de litio. China necesita acceder a proyectos allí para asegurarse una oferta estable. El litio es abundante pero aparece desparramado entre rocas y agua. Hace falta mejor tecnología para extraerlo en cantidad.
La capacidad minera actual también es baja comparada con la demanda. Hace falta mucha inversión de capital para aumentar la producción. Y esa es la fórmula ideal para la compresión de precios en el corto plazo, seguida en el largo plazo por una caída de los precios.