En realidad, señalan analistas independientes, Microsoft no ha hecho cambios radicales –al menos hasta ahora- que faciliten el acceso al código registrado Windows. Vale decir, la clave de las batallas jurídicas entre la empresa y quienes la acusan de restringir la competencia en ciertos segmentos de mercado.
Las modificaciones anunciadas permitirán –por vez primera- a compañías rivales mayor acceso a ciertas tecnologías. También otorgará a medios científicos y universidades el uso de gran parte de su propiedad intelectual.
En síntesis, Microsoft adopta un planteo más algo flexible para manejar su creciente cartera de derechos y patentes. Hay un motivo: mientras IBM percibe más de mil millones anuales vía licencias y regalías, Gates estima que este rubro no será fuente considerable de ingresos en el futuro previsible.
Esta diferencia explica la reacción -en otro plano- de Adel as-Saleh, vicepresidente de America Communications, filial de IBM. A su criterio, pese a los cambios anunciados “Microsoft se equivoca aferrándose al sistema operativo cerrado. Nosotros notamos que clientes y usuarios quieren tener opciones y prefieren sistemas abiertos”.
Tanto las huestes de Gates como las de Big Blue se enfrentaron en la feria Comdex 2003 y el tema era Linux. Mejor dicho, las trabas que Microsoft ha estado créandole al sistema de fuente abierta. Los críticos sostienen que la empresa –cuyo giro pasa de US$ 870.000 millones- tiene miedo de perder el liderazgo mundial en software.
En realidad, señalan analistas independientes, Microsoft no ha hecho cambios radicales –al menos hasta ahora- que faciliten el acceso al código registrado Windows. Vale decir, la clave de las batallas jurídicas entre la empresa y quienes la acusan de restringir la competencia en ciertos segmentos de mercado.
Las modificaciones anunciadas permitirán –por vez primera- a compañías rivales mayor acceso a ciertas tecnologías. También otorgará a medios científicos y universidades el uso de gran parte de su propiedad intelectual.
En síntesis, Microsoft adopta un planteo más algo flexible para manejar su creciente cartera de derechos y patentes. Hay un motivo: mientras IBM percibe más de mil millones anuales vía licencias y regalías, Gates estima que este rubro no será fuente considerable de ingresos en el futuro previsible.
Esta diferencia explica la reacción -en otro plano- de Adel as-Saleh, vicepresidente de America Communications, filial de IBM. A su criterio, pese a los cambios anunciados “Microsoft se equivoca aferrándose al sistema operativo cerrado. Nosotros notamos que clientes y usuarios quieren tener opciones y prefieren sistemas abiertos”.
Tanto las huestes de Gates como las de Big Blue se enfrentaron en la feria Comdex 2003 y el tema era Linux. Mejor dicho, las trabas que Microsoft ha estado créandole al sistema de fuente abierta. Los críticos sostienen que la empresa –cuyo giro pasa de US$ 870.000 millones- tiene miedo de perder el liderazgo mundial en software.