La inversión de capital de riesgo en el área de Miami pasó de US$102 millones en 2010 a US$369 millones en 2013, según VentureSource, una filial de Dow Jones, que también es propietaria de The Wall Street Journal y forma parte de News Corp.
La cifra no puede compararse con los US$12.400 millones en financiación de capital de riesgo en Silicon Valley en 2013, pero no está muy lejos de los US$538 millones recaudados en el centro tecnológico de Austin, Texas.
Un creciente número de empresarios de la región quieren posicionarse en Miami, destaca la edición en español de The Wall Street Journal. “Somos el punto lógico para convertirnos en la capital tecnológica de América Latina” dados los lazos comerciales y culturales que la ciudad tiene desde hace tiempo con la región, dice Manuel Medina, fundador de Terremark, una empresa de servicios de datos de Miami que adquirió en 2011 Verizon Communications por US$1.400 millones.
La noción de Miami como un centro tecnológico para el continente americano tiene un precedente. En los años 90, un grupo de empresas tecnológicas que se enfocaban en el mercado de América Latina, entre ellas Patagon.com y StarMedia, fueron lanzadas desde o se mudaron a Miami. Sin embargo, el estallido de la burbuja puntocom frenó las iniciativas.
Ahora, puede que sea el momento óptimo para retomar esa idea. “En América Latina hay un apetito insaciable por adquirir nuevas tecnologías”, sostiene Medina. Y “hay una increíble cantidad de talento. Los chicos están elaborando ideas fantásticas”, agrega.
Miami ya puede señalar varias historias de éxito. Open English, una escuela de clases de inglés en línea, lanzada en Venezuela en 2008 y ahora con sede en Miami, creció a 2.000 empleados en siete oficinas a lo largo del hemisferio. La empresa ha recaudado cerca de US$130 millones en capital de riesgo, indica su fundador, Andrés Moreno al autor de la nota, Arian Campo Flores.
El mes pasado, .CO Internet, una empresa de Miami que opera el dominio de nivel superior asignado a Colombia y ha crecido hasta incluir más de 1,6 millones de direcciones web, fue vendida por US$109 millones a la firma de telecomunicaciones Neustar Inc.
No todas las compañías tienen lazos con América Latina. CareCloud, que ayuda a doctores a administrar sus consultorios a través de servicios basados en la nube, tiene unos 6.000 médicos alrededor de Estados Unidos como clientes y ha levantado más de US$45 millones en financiación de capitalistas de riesgo, cuenta el artículo de The Wall Street Journal.
Miami aún enfrenta varios desafíos. Los empresarios dicen que hay una escasez de fuentes de financiación local más allá de inversionistas ángeles acaudalados, lo que los obliga a buscar dinero fuera de la ciudad. Algunos se quejan también de una falta de candidatos para ocupar cargos de alto rango, mientras que otros dicen que es difícil encontrar mentores locales.
“Tenemos una gran oportunidad, pero debemos seguir trabajando duro”, afirma Juan Pablo Cappello, emprendedor y abogado de la firma Private Advising Group P.A., de Miami.
“No necesitamos exagerar o hacer demasiado bombo. Si tenemos una oportunidad, será como un jugador de nicho en el ecosistema tecnológico”.
Eso significa concentrarse en las fortalezas de Miami, como su conexión con América Latina y su sector de salud, señala Cappello. Para una ciudad que ha dependido del turismo y los bienes raíces para alimentar su ecosistema, “eso aún puede ser transformativo”, añade.
Emprendedores en América Latina dicen que Miami ofrece numerosas ventajas. Ya sirve como un eje hemisférico desde donde muchas grandes empresas dirigen sus operaciones latinoamericanas.
Tiene vuelos directos a ciudades a lo largo de la región y suministra un ambiente más estable para hacer negocios —y mayor acceso a capital— que muchos países al sur.
Serge Elkiner, cofundador de YellowPepper, una empresa de pagos y banca móvil, creó el negocio en Ecuador, pero cuando llegó el momento de expandirse a otros países en América Latina, trasladó las oficinas centrales a Miami.
“Es el mejor centro para América Latina en términos de viajes”, asevera, así como la ciudad donde la mayoría de las grandes instituciones financieras basan sus operaciones para el hemisferio. “Si quiere ser regional, Miami es el mejor lugar para estar”, dice.
En el año que finalizó en marzo de 2013, la población con acceso a Internet de América Latina creció más rápido que en cualquier otra región del mundo, de acuerdo con la firma de investigación de mercado comScore Inc.
También ha habido una proliferación de startups, gracias a un creciente número de incubadoras tecnológicas, y algunas llegan a un punto en el que el acceso a inversionistas y expertos en EE.UU. se convierte en algo clave para un continuo crecimiento.
Grupos diversos están alimentando el ambiente tecnológico de Miami. Durante los últimos 18 meses, la Fundación John S. y James L. Knight ha inyectado US$6 millones en unos 60 proyectos con el fin de fortalecer el ecosistema. Su mayor inversión individual, de US$2 millones, fue para Endeavor, una organización sin fines de lucro que apoya a emprendedores y tiene 20 oficinas alrededor del mundo. El año pasado, el grupo abrió su primera filial estadounidense en Miami.
Endeavor se concentra en empresas que ya han demostrado ser viables y ayuda a impulsar su crecimiento conectándolas con mentores, inversionistas y nuevos mercados.