“Estamos listos para el lanzamiento de una verdadera ofensiva eléctrica” , dijo ayer Dieter Zetsche, director ejecutivo de Daimler, la empresa matriz de Mercedes-Benz. Pero la meta que buscan, dicen en la industria, es lograr cero emisión de carbono en los vehículos utilitarios 4×4 (SUV, por sus siglas en inglés), como el Modelo X de Tesla, la tercera generación de autos a batería con un alcance de hasta 220 millas o 354 kilómetros.
Es en ese espacio que entrará Jaguar Land Rover al mercado eléctrico para fin de año con un Jaguar a batería no muy diferente del Mercedes EQ. El Times de Londres cita versiones que indican que las ofensiva del Jaguar podría comenzar en la Exposición Automotriz de Los Ãngeles en noviembre, o sea, en la cancha misma de Elon Musk.
Pero lo que está llevando a las grandes automotrices al campo de la locomoción eléctrica no es la visión de Musk de un mundo más limpio. Es la legislación. Para el año 2020 las emisiones promedio de los autos que se pongan a la venta deberán ser de 95g de CO2 por kilómetro o menos. Eso es mucho más bajo de lo que generan los motores más eficientes en la actualidad. Para lograr ese nivel hay que hacer grandes esfuerzos. Mercedes-Benz se prepara para eso.