El flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nunca fue simpatizante de Facebook. Él, y el general los demócratas, respsonsabilizan a la red social por lo que pasó en 2016. El uso que hicieron los norteamericanos de Cambridge Analytica para dirigir mensajes preparados a los votantes fue visto como un componente crucial en la victoria de Donald Trump.
Biden y muchos integrantes de su círculo, están hoy escandalizados por las cosas que permite postear la plataforma. En 2019 Biden dijo a la CNN: “No se puede hacer lo que hace Facebook y no reconocer cuando uno sabe que algo no es verdad. Todo esto se ha ido de las manos”.
Lo que el presidente puede hacer ahora es reestructurar Big Tech y reformular la relación que tienen las redes sociales con sus suscriptores. El problema más evidente para Facebook sería la posible derogación de la Sección 230 (como ha dicho el presidente que quiere hacer). Esta es una legislación crucial que impide que las compañías como Facebook sean demandadas por las cosas que postea la gente.
Si eso ocurriera todas las cosas que publican los usuarios, todas las cosas difamatorias y fraudulentas que dice mucha gente, serían responsabilidad de Facebook.
Además, están los problemas antimonopólicos. La plataforma ha sido demandada por la Federal Trade Commission y por 46 estados por “mantener ilegalmente su posición monopólica” comprando a todos sus competidores.
Biden parece ser un aliado de todos los que quieren partir a las Big Tech. Algunos dicen que el presidente está pensando en crear una especie de zar antimonopólico para restaurar la competencia en Big Tech. La reciente suspensión de Trump de Facebook e Instagram es interpretada como el intento de Facebook de mostrarse moderado, que está de acuerdo con la posición presidencial de que una internet libre no es necesariamente una cosa buena.
Pero a Joe Biden nunca le gustó Facebook.