Lufthansa pone en marcha un programa que ofrece a los pasajeros una forma de compensar la huella de carbono ayudando a la compañía a pagar por el uso de biocombustibles en los viajes.
El SAF – un biocombustible producido en forma sustentable que produce 80% menos de CO2 que los combustibles fósiles — puede ser pagado por los pasajeros que querrían cubrir la diferencia de precio entre el biocombustible y la nafta tradicional. Los pasajeros también tienen la posibilidad de hacer aportes financieros para un programa de forestación con base en Nicaragua.
La forestación es el establecimiento de crecimiento forestal en áreas que o bien estuvieron forestadas en el pasado o eran áridas.
El biocombustible se hace con diferentes materiales, como desechos orgánicos, desechos domésticos y aceite de cocina usado. Es una alternativa sustentable a la nafta tradicional.
Evie McCullough informa en The Brussels Times que es la primera vez que una aerolínea ofrece a los pasajeros la oportunidad de compensar por las emisiones que produce un viaje aéreo aportando para el costo del biocombustible.
IATA, la asociación internacional de viajes aéreos, cuyos integrantes son las principales aerolíneas del mundo, se ha comprometido a detener el crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono generadas por los viajes aéreos para 2020. La decisión se tomó como respuesta a un movimiento llamado “flying shame” (vergüenza de volar) que está instando a la gente a dejar de volar para detener el cambio climático.
En 2018, 100.000 vuelos utilizaron biocombustibles. La meta de IATA es que para 2020 esos vuelos lleguen a 1 millón.
Paralelamente la aerolínea presentó este mes de agosto su plataforma de sustentabilidad llamada ‘Compensaid’ , dedicada a los combustibles sin emanación de cargono y ofrece la opción de volar sin dañar la atmósfera.
Es en la plataforma donde los pasajeros pueden registrarse para hacer su aporte.