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La automotriz, que reunió unos US$ 20.000 millones mediante una oferta pública inicial la semana pasada, está más sólida de lo que ha estado en años y sospecha que dará ganancias en 2010. <br />
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Con todo, la nueva GM todavía debe competir en un duro mercado global. De manera que la pregunta sigue siendo: ¿Podrá la nueva empresa ser mejor que la vieja? Knowledge@Wharton hizo ésta y otras preguntas al profesor de management John Paul MacDuffie, cuya investigación se centra en el sector automotor. <br />
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Lo que sigue es una condensación de la transcripción de esa conversación.<br />
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<em>Knowledge@Wharton</em>: La OPI para la nueva General Motors reunió alrededor de US$ 20.000 millones para la compañía a través de la venta de acciones en la nueva GM. ¿Cómo ayudará eso a posicionar a GM para competir globalmente contra Ford y Chrysler y contra las otras grandes automotrices del mundo?<br />
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<em>John Paul MacDuffie</em>: GM ya ha competido globalmente con bastante éxito – en cierta medida, en los últimos tiempos tuvo más éxito fuera que dentro de Estados Unidos. Lo que hace la OPI, por sobre todas las cosas, es permitirle alejarse de la percepción de una compañía en problemas que necesitaba dinero del gobierno. Ahora, quieren mostrar que son una nueva compañía con nuevos e interesantes productos para ofrecer. <br />
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<em>Knowledge@Wharton</em>: ¿Con esta venta la infusión de dinero hace algo en especial para ayudar a la compañía?<br />
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<em>MacDuffie</em>: Esto nos remite al gobierno…. [GM era] 61% propiedad del gobierno de Estados Unidos antes de la OPI, y ahora esa parte se ha reducido a casi 33%. Eso es un gran cambio y es la consecuencia más fundamental de la OPI. Algunos de los otros accionistas también vendieron pequeñas participaciones.<br />
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<p><em>Knowledge@Wharton</em>: ¿Por qué el gobierno de Estados Unidos sigue teniendo una buena parte de GM? ¿Cuál es la razón que lo explica? <br />
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<em>MacDuffie</em>: Esto se relaciona con el rescate a la industria, que me parece es exactamente lo que GM sentía que creaba un estigma para ellos. Pero en ese momento era absolutamente esencial, porque si no habrían terminado en bancarrota y liquidación. El gobierno pensó que no era simplemente la crisis de una compañía sino la crisis de toda la industria. General Motors y Chrysler estaban en su peor momento, si fracasaban habrían hecho zozobrar a toda la base de proveedores, lo cual habría hecho imposible para Ford producir autos y también habría afectado a muchas automotrices extranjeras que fabrican autos en Estados Unidos, de manera que para evitar un desastre en la industria – con posible pérdida de empleos de uno a tres millones según varios estimados — [el gobierno] decidió intervenir y rescatar a GM y Chrysler, obligándolas a hacer una cantidad de cambios y haciéndolas atravesar un muy rápido proceso de quiebra para que pudieran surgir como nuevas compañías. <br />
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<em>Knowledge@Wharton: </em>El rescate,¿fue algo bueno para todos los involucrados –sindicatos, las empresas mismas y los accionistas?<br />
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<em>MacDuffie</em>: A nadie le gusta que el rescate haya tenido que ocurrir. Mi opinión es que éste fue un acontecimiento que se da una vez en un siglo, o una vez cada tres o cuatro siglos. La gran recesión que atravesamos … sólo fue superada por la Gran Depresión. <br />
Cuando GM y Chrysler vuelvan a ser empresas privadas, el gobierno recibirá lo que puso. ¿Recibirá todo lo que puso? Eso todavía no se sabe. Las acciones se vendieron la semana pasada a US$ 33 el papel; para que el gobierno tenga su participación completamente pagada, el capital de GM tendría que venderse a US$ 53 cada acción. Es una diferencia bastante grande. Pero tanto GM y el gobierno creían que era importante hacer una venta cuanto antes de parte del capital para dar la señal de que el gobierno no desea mantenerse en el negocio de poseer una empresa privada. Y GM de ninguna manera desea estar bajo la tutela del Estado.<br />
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