Tras años de romance con enormes públicos que disfrutan cada uno de los servicios que brindan los campeones tecnológicos (aunque parte del noviazgo implica entregar los datos personales), hay una media docena de empresas líderes que enfrenta una oleada opositora de gran envergadura.
En los próximos días, el CEO de Facebook, comparecerá ante el parlamento europeo, donde le preguntarán con insistencia sobre el uso que se le da a toda la data recolectada. En pocos días más entrará en vigencia en el ámbito de la Unión Europea, la nueva legislación que regula estas actividades. Como resultado, los usuarios sabrán más sobre el tipo de empresas que las redes sociales y peso pesados de Internet tienen sobre ellos.
Ante la embestida, los CEO de estos campeones tech, cambian su estrategia y tratan de convencer de que se están alineando del lado de las soluciones, y no de los problemas como hasta ahora.
Instagram acaba de confirmar que habrá un mecanismo que permitirá a los visitantes trackear el tiempo que hayan transcurrido en la plataforma. Google, por su parte, adelantó una iniciativa orientada a ayudar a los usuarios a moderar el uso de productos y servicios de Google, sugiriendo alternativas para alternar con otras actividades.
De parte de los usuarios, vale pena que recuerden que la tecnología es una opción, no una obligación. No solamente hay que esperar –dicen algunos críticos- el conflicto entre Estados y empresas big tech. El usuario mantiene siempre la alternativa de decidir cómo incorpora la tecnología a la vida cotidiana.