Esa es la evaluación que hace hoy Richard Waters en el Financial Times.
Las acusaciones fueron muchas y muy duras. Se escuchó que la web abierta que todos conocimos está desapareciendo. A Jeff Bezos lo acusaron de aprovecharse de minoristas que dependen de su plataforma para vender. A Mark Zuckerberg de comprar a posibles competidores para neutralizarlos.
Pero si esas son todas las pruebas condenatorias que los congresistas extrajeron de los millones de documentos que analizaron, los cuatro CEO no tienen mucho que temer, opina Waters.
La situación queda ahora más o menos como estaba antes de la audiencia: crece la regulación política y regulatoria para que las tecnológicas adopten medidas correctivas pero la base legal para cuestionar seriamente el dominio de Big Tech sigue siendo débil.