Los valores de mercado se desplomaron US$ 280 mil millones, siendo las compañías mineras de oro las más afectadas, según datos del informe Mine 2014 realizado por PwC a partir del análisis de las 40 empresas mineras más grandes por capitalización bursátil del mundo.
La significativa reducción de los precios de los commodities – liderados por el oro, que tuvo su mayor caída anual en 30 años – impulsó una baja del 23% en las acciones de las empresas mineras.
Debido a ello, y a las pérdidas registradas, la rentabilidad de la industria llegó a su nivel más bajo en una década.
Leonardo Viglione, socio a cargo de la industria minera en PwC Argentina, expresó: “el sector se está adaptando a los tiempos difíciles en el corto plazo implementando estrategias orientadas a recuperar la confianza. Por otra parte, en esta etapa podemos ver el surgimiento de nuevas compañías”.
El cambio en el panorama minero global generó una divergencia en el desempeño colectivo entre las compañías de mercados emergentes y sus contrapartes de mercados desarrollados.
Las ganancias netas de las mineras de mercados en crecimiento fueron de US$24 mil millones en conjunto, mientras las de mercados desarrollados tuvieron una pérdida neta conjunta de US$4 mil millones.
En 2013, por primera vez la mayoría de las principales compañías mineras provinieron de mercados emergentes y, teniendo en cuenta su actual rendimiento y su reciente deseo de invertir en capital, se espera que la tendencia continúe.
En este contexto, la licencia para operar en todos los rincones del mundo es un desafío cada vez mayor, a partir de las intenciones de los gobiernos de ampliar su cuota de regalías e impuestos y de las mayores exigencias de las comunidades locales donde se asientan los proyectos.
Asimismo, los resultados de las elecciones en Brasil, India, Indonesia y Sudáfrica durante 2014 podrían alterar aún más la influencia de los mercados emergentes en la minería.
Mientras tanto, las iniciativas de ahorro por parte de las empresas se harán más evidentes este año, ya que los costos de operación no disminuyeron en 2013 (aumentaron un 4%), mientras que el flujo libre de caja entró en territorio negativo por primera vez en los últimos 10 años.
La postergación de gastos en proyectos de capital importantes fue algo habitual, particularmente a la luz de los actuales retornos de capital empleado contra las tasas críticas de rentabilidad de proyectos específicos.
Mantener el nivel de dividendos, ejercer una asignación de capital más selectiva y gestionar activamente el portfolio están dentro de las palancas que se están activando para recuperar la confianza de los inversionistas en el sector.
“Este año comenzamos a ver el surgimiento de cambios en la estrategia. Concretamente, un impulso para simplificar y concentrarse en extraer valor de los activos de mayor calidad, conseguir mayor eficiencia y una distribución del capital y del riesgo. Del mismo modo se espera un compromiso para hacer frente a la disminución de los niveles de productividad,” concluyó Viglione.