Mientras en Estados Unidos los políticos se esfuerzan por manejar la peor emergencia en salud pública en años las empresas farmacéuticas ven la pandemia como la gran oportunidad de redimirse ante la sociedad.
Jeremy Levin, presidente de la Asociación BIO y CEO de Ovid Therapeutics se expresó así ante la prensa: “En enero éramos una piñata política que recibía palos de todos lados. Ahora nos ven como una industria a la que hay que apoyar. Mencionó a los cientos de empresas que están trabajando en el desarrollo de vacunas y antivirales para demostrar que la industria está comprometida con la acción mientras el gobierno es lento.
Wall Street, por su parte, muestra que la industria farmacéutica es una clara ganadora en esta crisis. El índice S&P 500 de compañías farmacéuticas, de biotecnología y de ciencias de la vida fue muy superior este año frente al del año pasado. Entre las que más ganaron están las empresas relacionadas con el desarrollo de posibles vacunas o tratamientos.
Las acciones de Gilead Sciences, que estuvo en el centro de una tormenta política hace cinco años por un medicamento para la hepatitis C, subieron 18% cuando se convirtió en la primera compañía en conseguir la aprobación de emergencia para una tratamiento para la Covid-19, el antiviral remdesivir.
Las acciones de la compañía de biotecnología Moderna, tuvieron un comportamiento todavía mejor: duplicaron su valor cuando el grupo logró llevar su vacuna a la etapa de pruebas en humanos. O sea que gracias a la pandemia las farmacéuticas dejaron de ser parias sociales para convertirse en campeonas nacionales.
Habrá que ver si esa buena prensa se mantiene después de la crisis o no. Johnson & Johnson, que se encontró en el centro de una crisis por los opiáceos hace no mucho, ha prometido que si su vacuna triunfa, será producida sobre la base “sin fines de lucro”.