En primer lugar dice que la ley que cita el FBI, The All Writs Act, como su autoridad para obligar a la obediencia no da a los jueces el poder para ordenar el tipo de ayuda que quiere el gobierno. En primer lugar porque significaría un problema muy pesado para Apple.
Luego cita la primera y quinta enmiendas a la constitució para explicar que este no es este un caso para que lo decida un juez porque sentaría un precedente alarmante. “No se trata de hackear un teléfono”, explica el abogado de Apple, “se trata de que el Departamento de Justicia y el FBI buscan, a través de la corte, conseguir un poder peligroso que el Congreso y el pueblo de Estados Unidos no le han concedido: la posibilidad de obligar a empresas como Apple a debilitar la base de seguridad y el interés de privacidad de cientos de millones de individuos en todo el globo”.
Mientras tanto Apple trabaja activamente en fortalecer los algoritmos de cifrado de iCloud y el hardware del iPhone como respuesta al pedido. Las copias de seguridad de iCloud están cifradas, pero las claves criptográficas que desbloquean esa información están almacenadas en los servidores de Apple. Por eso el gobierno de Estados Unidos puede solicitar a Apple que proporcione esas claves en casos extremos. Ahora la compañía estaría desarrollando una nueva estrategia de seguridad en la que las claves criptográficas de los backups de iCloud estarían vinculadas al dispositivo local de alguna manera.
Apple no podría descifrar esas copias por sí misma aunque el FBI lo ordenara por ley.