viernes, 27 de diciembre de 2024

La próxima inversión de Apple podría reformular el capitalismo

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David Mattin, presidente global de Trends and Insights, propone aquí una idea para subsanar todo el daño que el consumismo ha causado al planeta.

 ¿Qué ocurriría si pudiéramos invertir todo y convertir a las más grandes marcas – las mismas que creó el consumismo – en máquinas para resolver los problemas más grandes del mundo?

 

Usa como ejemplo a Apple, y también  de paso a Donald Trump.

Apple es obscenamente rica. En abril, el Wall Street Jou7nal informó que la montaña de efectivo de la compañía es ahora de US$ 250.000 millones. Esa cifra es récord para una compañía no financiera. Es más que el valor de mercado total de Walmart, Bank of America, y Procter & Gamble. Es más que el PBI de Nueva Zelandia o Finlandia. En realidad, Apple podría a los 4,6 millones de habitantes que Nueva Zelandia un cheque por US$ 54.000. Sería un buen gesto ya que, según varios informes, Apple pagó cero impuestos en NZ en los últimos diez años a pesar de haber tenido ventas en ese período por valor 4.200 millones de dólares neozelandeses.

Apple sigue siendo una gran compañía. Pero hasta los más ardientes admiradores de la marca tienen que admitir que algo ha cambiado  desde su fase imperial, cuando parecía que tenía algo muy diferente de las demás empresas. Apple ha comenzado el largo camino hacia lo estándar.   Y Apple Park, el campus de oficinas centrales en Cupertino que llevó cinco años de construcción y US$ 5.000 millones, es un poderoso símbolo de ese cambio. Apple Park  es el producto más interesante de la compañía desde el lanzamiento de la iPad.

Pero no necesariamente tiene que ser así. Apple puede volver a convertirse  en una compañía que lo cambia todo. De esta manera. La mayor parte de los US$ 250.000 mil millones que tiene están en el extranjero.  Apple no ha regresado el dinero a Estados Unidos porque tendría que pagar impuestos si lo hiciera.  Pero ahora parece que la administración Trump va a reformar las leyes impositivas  para que las empresas repatrien sus capitales sin incurrir en una obligación monstruosa. Si la empresa de la manzana retorna aunque sea una pequeña fracción de pila, tendrá que decir sobre un tema difícil: ¿Qué va a hacer con todo ese dinero?

Y aquí viene la propuesta de Mattin: puede ayudar a reinventar el capitalismo. Estos son tiempo en que empresas como Apple han acumulado increíbles cantidades de riquezas mientras el ingreso de la mayoría de los trabajadores  se ha estado estancando desde hace mucho. En los últimos 30 años las ganancias provenientes del crecimiento económico fueron acaparadas por las corporaciones. Crece la inequidad en los países ricos y muchos economistas coinciden en que esto es un problema para todos porque el 1% no puede gastar a velocidad suficiente para sostener la economía. Según este criterio, las economías de Estados Unidos y otros países están sufriendo de una falta de demanda crónica.  Y  eso va a empeorar cuando la automatización se coma una tonelada de empleos de la clase media.

¿Entonces qué puede hacer Apple? Podría financiar el mayor ensayo del ingreso básico universal que se haya hecho jamás.

Ya se ha vuelto común observar que UBI (Universal Basic Income, o ingreso universal básico) es una idea a la que le ha llegado el momento. Un ingreso garantizado para todo ciudadano  podría achicar la desigualdad, aumentar la demanda, aliviar los demoledores efectos  de la automatización del trabajo y resolver la crisis en el cuidado de ancianos liberando a personas para que cuiden a sus mayores.

Es más, hay cada vez más evidencia que muestra que cuando uno da dinero gratis a una persona  esa persona no duerme todo el día o mira televisión. . Se educa, comienza una pequeña empresas. Cuida de niños y ancianos.

Los ensayos  con ingreso universal básico están apareciendo por todas partes.

Está claro que Apple no puede resolver un problema tan grande por sí sola.  Pero si el experimento saliera bien, tal vez otros se sumarían.

Ese es el desafío de Mattin a Apple. Regalar una tonelada de dinero. Reorientarse alrededor de una misión maravillosa para salvar al capitalismo. Ayudar a reorientar el consumismo para el siglo 21 inspirando a otras marcas a actuar en el urgente desafío  que ellos pueden solucionar.

Es probable que a los accionistas no les guste. Pero encontrar una forma de hacer un impacto masivamente positivo es la mejor manera de dejar una buena herencia para asegurar la supervivencia en las décadas que vienen. Se podría cambiar todo, dice Mattin.  Y todavía le quedaría mucho dinero a Apple para seguir haciendo cosas.

 

 

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