La venta de ropa, especialmente la moda de nominada “rápida”, se ha hecho merecedora de mala fama: derroche, ética y explotación, entre otros pecados. El lujo, no siempre es tal, o no es mucho mejor que el estándar. Ese es uno de los motivos por los que las marcas comienzan a ver con simpatí el concepto de “circularidad”. Una de las consecuencias de la circularidad es la venta de segunda mano. En Europa están apareciendo online muchos canales de reventa. Al abrir páginas web para reventa los fabricantes y minoristas tienen acceso a unas nueva base de datos. Vestiaire y Depop son plataformas de reventa directa de ropa que dan a los fabricantes un porcentaje de lo recaudado. No obstante, las ventas de segunda mano canibalizan las ventas tradicionales.
A los inversores parece atraerles el modelo de circularidad. Vestiaire recaudó US$ 64 millones en el mes de abril.