La hora de la micro-movilidad

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La patineta, la bicicleta y el monopatín eléctrico o scooter se presentan como un antídoto contra la congestión del tránsito y la contaminación.

En una investigación realizada en 2019 sobre el potencial de mercado de los nuevos medios de locomoción, la consultora McKinsey evaluó el potencial futuro del mercado de la micro-movilidad compartida.

 

El mercado ya tiene una sólida base de clientes y ha crecido mucho más rápido que el de las flotas de autos compartidos. O taxis tipo Uber.

 

Esa expansión acelerada, dice el informe McKinsey, se debe a dos circunstancias. En primer lugar, los lanzamientos se hacen en ciudades, donde los usuarios rápidamente aprenden a valorar las ventajas de usar un medio de locomoción sin tener la responsabilidad de su mantenimiento y cuidado. En muchos sentidos, es una oportunidad liberadora en medio del caos del tránsito urbano.

Luego hay un aspecto subjetivo: los usuarios sienten que rejuvenecen porque la experiencia los retrotrae a la primera vez que anduvieron en bicicleta o en monopatín.

 

La segunda circunstancia son los números de la micro-movilidad compartida, que favorecen decididamente a los participantes en el negocio. A las empresas les resulta mucho más fácil escalar los activos (como las bicicletas eléctricas, por ejemplo) que a las soluciones de autos compartidos.

 

Casi la cuarta parte de la población mundial vive en ciudades de más de un millón de habitantes. Las velocidades que desarrollan los autos que transitan por las calles promedia en estos días los 15 kilómetros por hora. Una experiencia frustrante y estresante. La micro-movilidad ofrece a los ciudadanos un escape a ese estrés: mayor velocidad, menos tiempo destinado a estacionar, menor costo de mantenimiento (cuando el vehículo es propio) y los beneficios para la salud de estar al aire libre.

 

El tamaño del mercado

 

Teóricamente el mercado abarca todos los viajes de menos de 8 kilómetros, que representan entre 50 y 60% de los kilómetros qwue transitan pasajeros en ciudades de China, la Unión Europea y Estados Unidos.

60% de los viajes en auto son de menos de 8 km y podrían beneficiarse con soluciones de micro-movilidad, que también podrían cubrir 20% de los viajes en transporte público y todos los viajes hechos actualmente con bicicletas privadas, motos, monopatines o a pie.

 

Los investigadores de McKinsey realizaron un modelo de mercado y sobre esa base crearon un pronóstico de mercado que reveló un potencial para 2030 de aproximadamente US$ 200.000 a 300.000 millones en Estados Unidos, de US$ 100.000 a 150.000 millones en Europa y de US$ 30.000 a 50.000 millones en China.

 

Pero para que este potencial de haga realidad las ciudades tienen que fomentar proactivamente la micro-movilidad compartida con acciones como por ejemplo prohibir la entrada de autos a las zonas más congestionadas de la ciudad.

 

No obstante, los jugadores deben andar con cuidado, hay muchas ciudades que todavía no se deciden a adoptar el servicio. Los problemas también incluyeb casos de gente que abandona en la calle un scooter dañado; temas de seguridad y barreras muy bajas de entrada al negocio, lo que significa que los competidores podrían invertir un poquito más y robarse toda la base de clientes.

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