La bicicleta se ha convertido en el modo de transporte preferido, y también en el pasatiempo elegido de millones de personas en la era del coronavirus. Pero la revolución de la bici se vio interrumpida por una escasez mundial de rodados.
En todo el mundo muchos negocios agotan todas sus existencias n cuanto las reciben y se quedan con sus negocios vacíos exceptuando las marcas premium.
Los fabricantes en todos los mercados occidentales y los dos grandes productores asiáticos, China y Taiwán, no logran producir al ritmo que exige la demanda mientras dura la pandemia. En Francia las ventas online crecieron 350% entre enero y mayo. Decathlon, la cadena francesa de productos deportivos con sucursales en el mundo entero dice que en muchas de ellas se han agotado los modelos más económicos dejando a miles de personas en lista de espera.
El interés por la bicicleta creció porque la gente trata de evitar el transporte público por el riesgo de infección. Otro elemento que incentiva a los ciclistas es la disminución del tráfico de vehículos debido a las cuarentenas.
La fábrica británica Brompton, que fabrica las bicicletas plegables que se venden en más de 1.000 libras esterlinas, se esfuerza por hacer frente a la creciente demanda de posibles compradores.
Entre los factores que limitan la oferta figuran las medidas de distanciamiento social que exigen separar los turnos de los obreros y las ausencias de personal debido a enfermedades o auto-aislamiento.