El gobierno británico ha ordenado una investigación a la gerencia de Thomas Cook por el colapso del grupo de viajes, mientras un torrente de turistas llenan los aeropuertos internacionales en espera de que les lleguen vuelos de rescate.
El costo total de la desaparición del operador turístico más antiguo del mundo todavía está siendo evaluado por AlixPartners, especialistas en reestructuración, con los inversores que hacen cola por recoger la parte que les corresponde de sus operaciones pan europeas luego del fracaso de las conversaciones de última hora por conseguir un acuerdo de rescate de 1.100 millones de libras esterlinas.
El lunes salieron los primeros vuelos charter de la Autoridad de Aviación Civil británica para transportar hasta 150.000 turistas británicos sorprendidos por la quiebra mientras vacacionaban. Las autoridades advirtieron que puede haber problemas con la repatriación de toda esa gente que requiere 1.000 aviones de 18 países durante los próximas dos semanas.
La Secretaria de Comercio, Andrea Leadsom, envió una carta al jefe del Insolvency Service, pidiendo que investigue no solo la conducta de los miembros del directorio antes y durante la insolvencia sino también si alguna de sus acciones ha causado daño a los acreedores o a los planes de pensión.